lunes, 30 de diciembre de 2019

535.- LAS QUEJAS SON DE VIEJAS.


Decían cuando era pequeña que las lentejas eran de viejas, y supongo que por eso era una comida que no pude comer hasta hace menos de diez años, no soportaba ni el olor ni el sabor.

Ahora me las como, y puede ser porque me haya vuelto una vieja y se comience a notar en mis gustos gastronómicos. Pero no. Porque me contemplo en otros aspectos de mi vida, incluso gastronómicos, y no. Con las lentejas creo que lo que ha ocurrido es que se me ha expandido el sentido del gusto, y como ocurre con la inteligencia que crece cuando se cultiva, yo me he vuelto más versátil en cuanto al gusto por nuevos platos e ingredientes.

Y empezaba con las lentejas que decían eran de viejas, porque como rima con las quejas, y en eso si estoy de acuerdo, porque últimamente escucho a mucha gente quejándose por todo, a veces incluso yo misma.

Y estar todo el día quejándonos, si no somos viejas, acelerará el proceso y nos volverá decrépitas, se nos arrugará la cara y el cerebro, y nos volveremos quejicas y quejosas insoportables.

Y da igual la edad que tengamos, porque la quejica puede ser una niña de 12 años, una joven de 25, una madura de 50 o la anciana de 88. Da igual, la queja no tiene edad, ni sexo, ni género. Yo hablo en femenino siempre, pero en este tema de la queja incluyo a hombres, mujeres y a quien no se incluya en estas dos categorías.

La queja y la vejez son estados mentales,estados al que se llega despacio y del que una vez inmersa en él es muy complicado salir. No tienen que ver con la edad. Es fango de ese de las películas de pantanos, en los que se hundía primero el caballo, la caravana y finalmente el vaquero con botas y todo.

Y quejas hay de todo tipo, por el trabajo, los estudios, el jefe, la jefa, la dependienta, la azafata, la médica, la jueza, la política, las fechas de las vacaciones, Orange, el clima, Greta, la reina de Inglaterra, el precio de la leche o la cola de la carnicería.

Y a ver, que si, que a veces es inevitable mostrar el cansancio, la desesperación o la impaciencia. Pero no se puede construir una vida en función de todo aquello que nos disgusta, hay cosas que podemos eliminar de nuestras vidas y así prescindimos de aquello que genera nuestra queja, pero otras son imprescindibles y están íntimamente ligadas al hecho de habitar la tierra, al hecho de respirar, al hecho de ser y estar.

Yo este año pienso quejarme menos de esas cosas intrascendentes que basta con eliminar del camino. Y con las verdaderamente importantes, lo que pienso hacer es trabajar para cambiarlas.

Hasta pronto espero, si Orange lo permite.


viernes, 27 de diciembre de 2019

534.- FELICES TODAS Y RÁPIDO QUE NO SE LO QUE DURA.



No me he muerto, ni he emigrado a una zona sin comunicaciones, ni he dejado el blog.
Pero llevo seis semanas sin wifi en la casa en la que vivo por un problema que Orange no consigue resolver, y esto ya es por ineptitud, irresponsabilidad, falta de rigor y de responsabilidad, porque ni responden a las llamadas, ni ofrecen soluciones. Solamente cobran facturas y las personas que atienden las llamadas cuelgan el teléfono ante la falta de respuestas lógicas y resolutivas.

Así que por este problema técnico y la falta de profesionalidad de una empresa, yo estoy desconectada del mundo 2.0 y a la espera del reenganche.

Tenía preparados desde noviembre un montón de posts navideños de vinos, comida, recetas, buenos deseos y felicitaciones. Pero se quedan en la reserva para próximas navidades y otras ocasiones.

Hoy he aprovechado una red próxima para dar noticias y demostrar que sigo aquí, que mi blog continúa vivo y yo también.


Estamos a punto de entrar en los años 20 y parece que el charlestón no vuelve, que el regetón y el perreo continúan campando a sus anchas en este mar de catetismo en el que España se sumerge sin remedio. Pero soy optimista, y creo que más bajo ya no podemos caer, así que pensemos, estudiemos, leamos y quienes tienen hijas e hijos pequeños, inculquen buenas y sanas costumbres, para que la mierda no nos cubra del todo y ya después no haya manera de salir.

Personalmente espero un 2020 bueno, feliz, estable y con un montón de proyectos realizables, porque en ello me estoy esforzando y las cosas que se trabajan finalmente se alcanzan. Este 2019 así me lo ha demostrado, y en ello sigo.

Deseo a todas unas estupendas fiestas de Fin de Año y Reyes, y muchísima esperanza y amor para lo que nos depare 2020. 

Revolución, sororidad y feminismo a mansalva.

Y es el año de la rata en el horóscopo chino, cosa en la que no creo ni en el chino ni en el conocido. Pero da mal rollo, ¿o no?






domingo, 3 de noviembre de 2019

533.- PELÍCULAS EN NETFLIX.



De todas es sabido, que el cine en casa se ha convertido en una alternativa muy utilizada, por comodidad y economía. 

También es cierto que el encanto de ir al cine a ver una película en una pantalla gigantesca, que nada tiene que ver con la tablet, el portátil o la tele del salón, es sin duda uno de los atractivos mayores que tiene una sala pública.


Aún así, cada vez somos más quienes optamos por ver cine (que no solo de series vamos a vivir), en casa, acompañadas de sofá, manta (eso para quien haya pasado a un otoño real), y palomitas.

Y ahora viene lo complicado, porque Netflix (es la plataforma que pago), no es que tenga una oferta enorme y siempre de calidad. Pero nos arreglamos con lo que tenemos.
Ya he escrito varios post de películas que he visto, algunas os las voy a volver a reseñar, con el link correspondiente, por si os interesa saber un poco más de ellas y os decidís a verlas.



  • Roma. Muy recomendable. Hay quien la ha amado, y hay quien la ha odiado. A mi me parece una de las mejores películas que se estrenaron en 2018, y también de las mejores de su director Alfonso Cuarón.

  • Elisa y Marcela. La realidad lésbica española de comienzos del siglo XX. Una historia real, emocionante y delicada. De obligada visión si pertenecéis al colectivo LGTBIQ, y si no, también.

  • Quién te cantará. Sólo por ¡Hazlo! y por la canción "Procuro olvidarte", vale la pena verla.
Hasta aquí os he hecho un breve repaso, con los enlaces a los posts que ya escribí sobre ellas.

Y ahora algunas otras nuevas.



  • Dolor y gloria. La última de Almodóvar. 

  • Ocultos por la luna. No es una obra maestra, pero entretiene y sorprende por su final.

  • Wonder. Emotiva y con Julia Roberts que, para mi, siempre es un aliciente. Y además, aprender a vivir y a amar lo diferente. Ideal para ver con preadolescentes.

  • Diecisiete. La última de Danuel Sánchez Arévalo. Ha tenido buenas críticas, aunque en los cines ha durado poco. Podría ser por temas del Goya. El viaje de dos hermanos y su abuela, en busca de un perro y de una tumba.
Espero que os guste mi selección.

 ¡Viva el Cine! en cualquier parte.


domingo, 20 de octubre de 2019

532.- SERIES. THE POLITICIAN.



Una de esas series que posiblemente no hubiera visto a no ser que, como ha ocurrido, escuche a alguien diciendo que era malísima. Y como, en general, esta persona tiene un criterio pésimo sobre todo tipo de elecciones, pero sobre todo con las relacionadas con temas culturales (incluido la gastronomía), políticos y sociales. La vida misma, vamos. La he visto.

La serie me ha gustado porque a la vez que incide en ese imaginario colectivo estadounidense de "el sueño a,americano", también lo desmonta.


Cualquier estadounidense puede llegar a ser presidente de los Estados Unidos sin importar sus orígenes, nivel económico, género, orientación sexual, etnia... 

Esto no es así, no nos engañemos. 

Y aquí viene el desmontaje que hace la serie del mito ese del sueño.

Y vayan sumando puntos y dólares:
  • Familia respetada socialmente y con dinero (mucho).
  • Estudios universitarios en una institución de renombre internacional, preferiblemente en las que se hayan formado anteriores presidentes.
  • Amistades influyentes de todo tipo.
  • Demócrata o republicano, pero con cierto tufillo conservador. No hay más opciones que sirvan de vehículo para llegar a la Casa Blanca.
  • Adecuada combinación entre traje y polo.
  • Diversidad deportiva entre el paddle y el golf. En exclusivos clubes privados.
Podría continuar la lista, porque al final son clichés manidos y aprendidos allí y aquí (películas y series mediante).


A lo que iba.

Payton Hobart es un post adolescente en su último año de instituto, que sabe (no es un sueño), está convencido de que será presidente de los Estados Unidos.
Para ello, ya tiene alcanzado los dos primeros factores, la familia y el dinero.
A lo largo de la serie va trabajándose el resto, con incidentes que en algunos casos pueden conducir al fracaso de sus expectativas.



Ya estoy deseando que llegue la segunda temporada, y ver como evoluciona este chico ambicioso que quiere hacer cosas buenas,

Y como recomendación, la escena en la que Payton canta la canción "River" de Joni Mitchell, una auténtica declaración de amor y salida de armario.

Ahhhhhh, y Martina Navratilova como amante de la madre de Payton. 


Jessica Lange en su papel de siempre.



Hay muchas situaciones realmente divertidas, cómicas y surrealistas.

¡Feliz semana!

PD: Muy pronto les contaré de Jocker, que me ha dejado muy tocada.


domingo, 6 de octubre de 2019

531.- GATA CATTANA. POESÍA Y MÚSICA.


Ana Isabel García LLorente es Gata Cattana y digo es, porque aunque falleció en marzo de 2017 con sólo 26 años, su obra la mantiene presente en el imaginario de muchas personas que no la han dejado irse.

Politóloga, rapera y poeta. Una mujer comprometida con la sociedad en la que vivía, feminista y con la sororidad a flor de piel, a flor de boca y a flor de papel.

Su último libro, La Escala de Mohs, alude a la tabla de diez minerales ordenados por su dureza y que se utiliza para medir la maleabilidad de otros.



Este libro se ha vuelto a reeditar a título póstumo, con un nuevo prólogo escrito por Irene X, y se añaden también dos poemas inéditos y dos ilustraciones.

La verdad es que yo la he conocido no hace demasiado tiempo y gracias a @OIA, y como la mayoría de las veces que me recomienda algo/alguien, ha dado en el clavo. 

Gata Cattana escribe desde el conocimiento de una sociedad caótica que teme al feminismo actual, que teme a la mujer y que en gran medida la odia. El peligro que esta sociedad española, patriarcal, machista y rancia siente como una amenaza que patea sus cimientos viciados.


Aquí les dejo este enlace para que veáis sus ojos y oigáis su voz, pero sobre todo escuchad la letra, lo que nos cuenta tan real y tan cierto. "...se van los buenos..." Y aquí a LisístrataDisfrutadlo.

Y Banzai, su último disco, con trece canciones que dan para mucho, su raíces, su formación, sus ideas, su verdad.


Es tan cierto. Porque por mucho que parezca que hemos y estamos avanzando, aquí seguimos rodeadas de machismo consentido, micros o macros, pero machismo. Y esto no se para sin revolución.



lunes, 23 de septiembre de 2019

530.- OTOÑO.

Por fin. Aunque aún no haga frío, ni siquiera fresco, pero ya está aquí, ya ha llegado el otoño.


Mi estación favorita, aunque no viva en un lugar en el que se noten los cambios, que se suponen llevan aparejados las estaciones del año.

Una de los motivos por los que me gusta el otoño es porque por fin se acaba el verano que detesto, y porque en otoño comienzan muchas cosas, es época de estrenos, de inauguraciones. Es también época de ilusiones y esperanzas. Las navidades ya están a la vuelta de la esquina. Las medias y las botas aguardan las primeras lluvias, los jerseys salen de los altillos de los armarios, el sofá y la manta retoman su idilio bruscamente interrumpido en mayo.

Castañas, pasteles, asados y caldos.




Finaos, halloween, calabazas, buñuelos y panellets.


Paseos por el campo y cerca del mar, con el pelo alborotado y sudadera calentita. Lola corriendo a mi lado con su chandal y su anorak.

Salidas al mercado los sábados por la mañana, colada los domingos al sol ( si sale) y película con Lola acurrucadas en nuestro sofá.


Alguna mirada de reojo hacia atrás, aún con cierto miedo, pero la mayoría al frente, amplias e ilusionadas.

Este otoño promete, y con constancia y esfuerzo, todo se consigue.

martes, 17 de septiembre de 2019

529.- SERIES QUE VER EN NETFLIX.


Ya hace tiempo que las he visto, pero no he tenido tiempo  de contaros sobre ellas y creo que en esta época de vueltas al trabajo y a las rutinas son una buenas recomendaciones para los fines de semana otoñales que están a la vuelta de la esquina. 

ÓSMOSIS.


Serie francesa ambientada en París en un futuro no muy lejano. Para quiénes utilizáis el Tinder, el Grinder u otras aplicaciones de citas, igual mejor no la veis, o si. En fin, que todo puede mejorar o empeorar muchísimo.
No es de las que más me ha gustado, se mi hizo un poco pesada.



EL SABOR DE LAS MARGARITAS.


Serie gallega policíaca de seis episodios de una hora cada uno. Me gustó, creo que nunca había visto una serie de producción gallega y me ha sorprendido mucho. Mantiene la intriga hasta un final sorprendente. La recomiendo mucho.



SPECIAL.


Serie estadounidense de 13 episodios de unos 15 minutos cada uno. Me parece una pequeña joya, aborda la discapacidad y la homosexualidad, de una forma natural, simple, sin mayores historia. Parece que no pasa nada, pero pasa y mucho. Muy recomendable.



SEX EDUCATION.


Serie británica sobre el descubrimiento de la sexualidad, me refiero a la práctica del sexo. Adolescentes que descubren y que necesitan información, complejos, bullyng, padres y madres preocupados/as por sus hijos e hijas aunque ellos mismos tampoco parecen tener muy bien resuelta su vida sexual.
Es entretenida, nada sin lo que no podamos vivir. Estrenan en breve la segunda temporada en Netflix y la voy a ver, sobre todo porque me lo pasé muy bien viéndola.



Las cuatro series están en Netflix.

Espero que estas reseñas cortitas os den idea para decidir que veis.




domingo, 15 de septiembre de 2019

528.- STEAK TARTARE.


Este plato viejuno, ciertamente, pero renovado gracias a las modas de lo crudo revisitando tartares, carpaccios y ceviches que campan por doquier en decenas de locales con menor o mayor acierto.

Es mi plato favorito junto con otros muchos. Es que soy indecisa con la comida😉

A mi me gusta el clásico, aunque yo le añado un par de detalles que lo hacen mío.

INGREDIENTES PARA UNA PERSONA.

150 grs de solomillo de ternera, añojo o buey.
1 anchoa de las buenas, picada.
4 alcaparras picadas.
1 cucharada sopera rasa de pepinillo agridulce picado.
1 cucharada sopera rasa de chalota picada.
1 cucharada de moca rasa de mostaza de Dijon â l'ancienne.
1 yema de huevo fresco.
Sal. Pimienta negra recién molida.
10 gotas de Tabasco.
5 gotas de Perrins.
5 gotas de fino de Jerez.  (Comprad un cuentagotas en la farmacia).


La carne se corta con un buen cuchillo en cubitos de 0,5 cm aproximadamente. Que no se te ocurra picarla en una picadora, robot de cocina o similar, porque en vez de steak tartare tendrás un paté.

Una vez cortada la carne, como debe ser, se pone en una fuente honda de cristal (no plástico).
Y ahí añadimos la anchoa picadita, el pepinillo y la chalota. Mezclamos con dos cucharas.

En un bol pequeño ponemos la sal, la pimienta, la mostaza y las gotas de Tabasco, Perrins y Jerez. Batimos bien con una varillas hasta que emulsione y añadimos la mezcla a la carne, volviendo a mezclarla con las cucharas.

Emplatamos con la ayuda de un troquel y ponemos la yema cruda encima. Podemos decorar con un poquito de cebollino picado.

CONSEJOS.

La yema puede mezclarse con las gotas e incorporarse batida a la carne. Si la dejamos entera, cada comensal la mezclará con la carne en su propio plato. Es una cuestión estética sobre todo.
La cantidad de Tabasco puede aumentarse o disminuirse en función del gusto por el picante de cada comensal.

Las cantidades que os dejo por aquí son las que me gustan a mi. En función del número de comensales aumentáis las cantidades multiplicándolas.

Disfrutadlo en buena compañía y con una botella de "Camins del Priorat".




domingo, 8 de septiembre de 2019

527.- MARCO TEÓRICO.


Yo por aquí no hablo nunca sobre partidos políticos. De política si, pero de partidos políticos en concreto, pues no. Y nunca me había planteado tener que hablar de la gentuza de VOX, porque me parece manchar de mierda mi blog.

Pero voy a hacer una mínima excepción, porque ayer me quedé patidifusa al enterarme de algo que no logro comprender, porque ni siquiera tengo palabras para describir mi estado de ánimo e incomprensión en ese momento.

Alguien a quien conozco desde 2011 y a quien tengo mucho aprecio, una mujer inteligente y trabajadora. Se ha divorciado. Y se ha divorciado de un energúmeno de VOX.
Y como la conozco, me cuesta mucho pensar que no haya sido por eso.


Y sólo puedo pensar en qué momento una persona se vuelve así, porque pertenecer o simpatizar con ese partido significa que eres machista, racista, LGTBIfóbico, que estás a favor de las armas, que eres, en definitiva, escoria. Y puede ser que no fuera una conversión, sino que ya fuera así desde siempre.


Puede ser que él y otros como él, antes estuvieran en las filas del PP o de C's, que aunque son partidos de derechas neoliberales y capitalistas, al menos no dicen a voz en grito las locuras fascistas, franquistas  y nazis que proclama la gentuza de VOX. Digamos que PP y C's, están dentro del saber estar y el "bienquedismo".


Pero cuando aparece VOX, toda esa gentuza que se acoplaba a otros partidos de derechas, encontró el perfecto "marco teórico" al que acogerse y sus débiles cerebros deben creer que si hay un partido que los acoge, es que la cosa no está tan mal, sino todo lo contrario, que han encontrado su lugar y pueden empezar a manifestar lo que son y como piensan.




Y esto es el comienzo del horror.

No quiero hablar más de esta gentuza, porque les encanta la publicidad gratuita. 


Me alegro por ella, de que ya no esté con él, porque es un grave peligro, y espero que sepa hacerlo también con quienes son mucho más vulnerables.


sábado, 31 de agosto de 2019

526.- SANIDAD E INTIMIDAD.


A todos y a todas nos ha tocado o nos tocará pasar por una clínica, un hospital, un centro de salud o un servicio de urgencias médicas.

Yo diría que es inevitable, y si alguien ha tenido la suerte de  no tener que acudir nunca a estos servicios para sí mismo/a, probablemente lo haya tenido que hacer como acompañante.


En estos lugares, se traspasa el umbral de lo normal, de la lógica, de los horarios y rutinas. Se entra de cabeza en el país del miedo y la vulnerabilidad, y a veces incluso, aparece el sombrerero loco.

Por supuesto, se aprecian diferencias entre servicios sanitarios públicos y privados. Diferencias sutiles a veces, y otras colosales.

Diferencias apreciadas sobre todo por la persona enferma, que en definitiva, es la protagonista principal de estas situaciones.

Antes de continuar, tengo que decir que comprendo la actual situación de precariedad de la sanidad pública y que los recortes económicos han supuesto una importante reducción de medios materiales y profesionales.

El sistema sanitario público que tenemos en España, tiene fama de ser de los mejores, pero a mi me gustaría saber con cuáles se le compara.

La falta de recursos es evidente, pero este hecho no puede ser el escudo con él que se protegen algunos/as profesionales para no escuchar, para no atender lo antes posible una llamada, para hablar mal, para no mostrar ningún tipo de empatía hacia la persona enferma y su familia, las cuales ante este tipo de situación se sienten aún más vulnerables y desprotegidas.

Sé que no ocurre esto con todo el personal sanitario, sé que hay honrosas, abundantes y extraordinarias excepciones. Pero, ese es el problema, que son excepciones.

Médicos y médicas merecen párrafo aparte.  Son los/as dioses/as de estos lugares, y no siempre porque ellos/as mismos/as así lo crean, sino porque enfermos y enfermas y sus familias, confían en su buen hacer para salvar vidas, se ponen en sus manos y esperan de doctores y doctoras que acaben con la enfermedad y el sufrimiento.

Estoy segura de que la clase médica hace todo lo posible para que con los recursos que tienen a su alcance, puedan conseguir cumplir las expectativas que los/as enfermos/as y sus familias han puesto en ellos/as.



En ocasiones aparece algún/a médico/a que en su momento percibieron el toque de la varita divina sobre ellos/as y adoptan una actitud, delante de sus pacientes, que se acerca peligrosamente (para el/la paciente) a la prepotencia. No responden a preguntas, o lo hacen con evasivas, son excesivamente crudos/as con pacientes que están muertos/as de miedo, o no hablan claramente con otros/as que necesitan detalles pormenorizados sobre su estado.

Y deben hablar, deben hacerlo. Pero la mayoría de las vece ques se encuentra el/la paciente con un médico/a así, el miedo y la vulnerabilidad crecen sin remedio.



Puede ser, no lo sé, que no se forme a los/as médicos/as para tratar con sus pacientes de una forma cercana y empática. Para explicarles que les ocurre, como va a desarrollarse su enfermedad, decirles que ellos/as son los/as especialistas y van a hacer todo lo posible para curarlos/as.

Porque a mi, no me cabe duda de que lo quieren hacer, pero hay personas enfermas y sus familias, que necesitan escucharlo.

Los hospitales de nuestra "envidiada y ejemplar" sanidad pública son el vivo ejemplo de un paradigma sociosanitario que no cuida y no protege la intimidad de las personas atendidas en sus instituciones.


Desde los servicios de urgencias, saturados muchas veces, se hacina a los/as enfermos/as en pasillos, boxes separados por finas cortinas y salas de observación en las que suele haber una media de ocho  pacientes por sección. Y ya sabemos lo que esto conlleva.  Toses, vómitos, ruidos, conversaciones privadas, orina y heces.

¿Dónde queda la intimidad de la persona enferma, del/la paciente?



Y eso no es lo peor. Puede morir alguien a tu lado, así, a dos metros de tu cama. Con susfamilia acompañando esos últimos minutos y tú espantado/a a pocos metros escuchando y viviendo todo el proceso.

Volviendo al servicio de urgencias, después de pasar horas, en el mejor de los casos, o días, ocurre el milagro de "la cama vacía" y te suben a planta. Empieza así toda la parafernalia de personal, enfermeros/as y auxiliares que te repiten la suerte que has tenido de poder acceder a una habitación y abandonar el servicio de urgencias. ¡Bien!

Lo habitual es una habitación para dos  pacientes. Pero mi visión y la de muchas otras personas es que es imposible preservar la intimidad y privacidad de las personas atendidas, porque hay múltiples factores que hacen incompatible esta situación con el derecho a la intimidad. Edad, gravedad de la patología, carácter y costumbres de las persona obligadas a vivir una situación que ya es complicada de antemano.



Y sé que esto es lo que hay, que es lo que tenemos. Pero es triste, injusto y muy doloroso  que una persona tenga que pasar situaciones de enfermedad, de vulnerabilidad e incluso de muerte, sin que se le faciliten los recursos necesarios y adecuados para preservar su legítimo derecho a preservar su intimidad.

Ojalá que todo el cuidado que se pone para cumplir la ley de protección de datos (supervisada por auditorías externas), se pusiera también para proteger la intimidad de las personas atendidas en instituciones  de la sanidad pública.

Me parece escandaloso que haya más privacidad en un confesionario de la iglesia católica que en una cama de hospital de la sanidad pública.