domingo, 20 de octubre de 2019

532.- SERIES. THE POLITICIAN.



Una de esas series que posiblemente no hubiera visto a no ser que, como ha ocurrido, escuche a alguien diciendo que era malísima. Y como, en general, esta persona tiene un criterio pésimo sobre todo tipo de elecciones, pero sobre todo con las relacionadas con temas culturales (incluido la gastronomía), políticos y sociales. La vida misma, vamos. La he visto.

La serie me ha gustado porque a la vez que incide en ese imaginario colectivo estadounidense de "el sueño a,americano", también lo desmonta.


Cualquier estadounidense puede llegar a ser presidente de los Estados Unidos sin importar sus orígenes, nivel económico, género, orientación sexual, etnia... 

Esto no es así, no nos engañemos. 

Y aquí viene el desmontaje que hace la serie del mito ese del sueño.

Y vayan sumando puntos y dólares:
  • Familia respetada socialmente y con dinero (mucho).
  • Estudios universitarios en una institución de renombre internacional, preferiblemente en las que se hayan formado anteriores presidentes.
  • Amistades influyentes de todo tipo.
  • Demócrata o republicano, pero con cierto tufillo conservador. No hay más opciones que sirvan de vehículo para llegar a la Casa Blanca.
  • Adecuada combinación entre traje y polo.
  • Diversidad deportiva entre el paddle y el golf. En exclusivos clubes privados.
Podría continuar la lista, porque al final son clichés manidos y aprendidos allí y aquí (películas y series mediante).


A lo que iba.

Payton Hobart es un post adolescente en su último año de instituto, que sabe (no es un sueño), está convencido de que será presidente de los Estados Unidos.
Para ello, ya tiene alcanzado los dos primeros factores, la familia y el dinero.
A lo largo de la serie va trabajándose el resto, con incidentes que en algunos casos pueden conducir al fracaso de sus expectativas.



Ya estoy deseando que llegue la segunda temporada, y ver como evoluciona este chico ambicioso que quiere hacer cosas buenas,

Y como recomendación, la escena en la que Payton canta la canción "River" de Joni Mitchell, una auténtica declaración de amor y salida de armario.

Ahhhhhh, y Martina Navratilova como amante de la madre de Payton. 


Jessica Lange en su papel de siempre.



Hay muchas situaciones realmente divertidas, cómicas y surrealistas.

¡Feliz semana!

PD: Muy pronto les contaré de Jocker, que me ha dejado muy tocada.


domingo, 6 de octubre de 2019

531.- GATA CATTANA. POESÍA Y MÚSICA.


Ana Isabel García LLorente es Gata Cattana y digo es, porque aunque falleció en marzo de 2017 con sólo 26 años, su obra la mantiene presente en el imaginario de muchas personas que no la han dejado irse.

Politóloga, rapera y poeta. Una mujer comprometida con la sociedad en la que vivía, feminista y con la sororidad a flor de piel, a flor de boca y a flor de papel.

Su último libro, La Escala de Mohs, alude a la tabla de diez minerales ordenados por su dureza y que se utiliza para medir la maleabilidad de otros.



Este libro se ha vuelto a reeditar a título póstumo, con un nuevo prólogo escrito por Irene X, y se añaden también dos poemas inéditos y dos ilustraciones.

La verdad es que yo la he conocido no hace demasiado tiempo y gracias a @OIA, y como la mayoría de las veces que me recomienda algo/alguien, ha dado en el clavo. 

Gata Cattana escribe desde el conocimiento de una sociedad caótica que teme al feminismo actual, que teme a la mujer y que en gran medida la odia. El peligro que esta sociedad española, patriarcal, machista y rancia siente como una amenaza que patea sus cimientos viciados.


Aquí les dejo este enlace para que veáis sus ojos y oigáis su voz, pero sobre todo escuchad la letra, lo que nos cuenta tan real y tan cierto. "...se van los buenos..." Y aquí a LisístrataDisfrutadlo.

Y Banzai, su último disco, con trece canciones que dan para mucho, su raíces, su formación, sus ideas, su verdad.


Es tan cierto. Porque por mucho que parezca que hemos y estamos avanzando, aquí seguimos rodeadas de machismo consentido, micros o macros, pero machismo. Y esto no se para sin revolución.