Si nos ponemos muy ortodoxas, podría decir que la buena y la mala educación son conceptos relativos, subjetivos y coyunturales.
Me explico.
Eructar después de comer es en las culturas occidentales de mala educación, sin embargo, en las culturas musulmanas, lo mal visto es no hacerlo. En este y otros casos similares, hablamos de relativismo cultural.
En cuanto a la objetividad en temas de mala o buena educación puede dar lugar a conflictos, malos entendidos y trifulcas varias.
Ejemplos como lanzarse de culo sobre un sofá, sillón o silla, sorber la sopa, cambiar el pañal de un bebé sobre una mesa de comedor, entrar a un lugar y no saludar a quienes ya están allí, no pedir las cosas por favor, no dar las gracias, toser o estornudar sin cubrirnos la boca, son para muchas de nosotras, muestras inequívocas de mala educación.
Pero en ocasiones, (no veo muertas), no, veo madres y padres que ante este tipo de actuaciones sonríen y miran hacia otro lado.
Las afectadas por la corriente, cada vez más salvaje, de mala educación, debemos tener cuidado con decir lo que pensamos, ya que corremos el riesgo de ser apartadas de la "esferilla amiguil" y vernos relegadas al ostracismo y ser nombradas para siempre como "odia niños y niñas".
A mí me da lo mismo, de verdad. Me encanta ser la voz de tantas que no se atreven a decir ni pío y aguantan gilipolleces, estupideces e incluso abusos varios de personas adultas y de niños y niñas INSOPORTABLES.
Cada día soporto menos esos alardeos de modernidad trasnochada que potencian la mala educación a través del "laisser faîre", no vaya a ser que el nene o la nena se traumaticen.
Me importan un carajo esos traumas inventados, los chantajes emocionales que tan bien manejan algunos y algunas adolescentes y que son trampa fácil para madres y padres.
A veces, la conyuntura por la que atraviesa una familia o una persona, puede también dar lugar a comportamientos inapropiados que molestan a propios y a extraños.
Me acuerdo ahora de una película de Tarzán en la que lo invitan a Nueva York y su comportamiento es inapropiado y no acorde a las convencionalismos de la época y del entorno. Tarzán se vuelve, acertadamente, a la selva, esa selva de la que nunca debió salir.
La mala educación no es solo observable en niños y niñas y en adolescentes, pero es en esas etapas del cliclo vital cuando se puede frenar el proceso que lleva sin duda a convertir a ese o esa joven en una persona insoportable, con una nula tolerancia a la frustración y rechazados en la mayoría de los espacios.
Por todo ello es necesario frenar, corregir y prohibir actitudes, comentarios, miradas y gestos que son el germen de futuras generaciones mal educadas.
"Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres". Pitágoras