A estas alturas, quienes hayan visto la serie Mad Men, seguro que son muchas más que las que no lo han hecho.
Pero yo no la había visto. Y llevo algo más de tres semanas obnubilada con esta serie de noventa y dos capítulos repartidos en siete temporadas.
La serie se estrenó en Estados Unidos en julio de 2007 y acabó en mayo de 2015.
El argumento de la serie se desarrolla durante la década de los 60 y destacan en segundo plano, los acontecimientos históricos que se producen durante esos años. Los asesinatos de John Fitzgerald Kennedy y Martin Luther King, la muerte de Marilyn Monroe, las conflictivas relaciones con Cuba, la era aeroespacial y la llegada del primer hombre a la luna, el movimiento hippie, las secuelas de la guerra en Corea y el largo y doloroso período de la guerra en Vietnam.
Toda la trama gira en torno a una agencia de publicidad, situada en Madison Avenue, Nueva York. Las personas que allí trabajan, sus familias, sus clientes, sus amigos. Y se extiende así desde lo nuclear de la empresa, hasta donde llegan las relaciones personales y profesionales de cada uno.
Lo escrito hasta ahora es información a la que fácilmente podemos acceder, pero os voy a contar mis impresiones, mi visión particular.
Don Draper es el enorme protagonista masculino, desde el cual se articula esta serie. Un reconocido publicista que vive una dolorosa y vergonzosa mentira. Un triunfador en la galería pública en la que se desarrolla su trabajo y en todo aquello que se relaciona directamente con el mismo, clientes, viajes, fiestas, almuerzos, cenas y reuniones.
Incluso en sus relaciones familiares, esposa e hijos, continúa sin moverse del escaparate, mostrando al mundo, a su mundo, la gloria del "sueño americano".
Pero Don Draper no es Don Draper. Él está solo, completamente solo. Y se busca desesperadamente.
La protagonista femenina es Betty Olson. Paradigma de mujer emancipada de aquella época. Inteligente, cínica, paciente, desconocedora del feminismo, pero practicante sin proponérselo.
Sola y abierta a encontrar el placer y a experimentar. Ambiciosa y con objetivos claros.
Alcohol, tabaco, LSD, marihuana, sexo, adulterio, machismo, homosexualidad, racismo y clasismo social. Cóctel duro que afecta a todas y cada una de las personas que dan forma a esta serie.
Así era la vida entonces, y no sólo en Nueva York. Aunque no cabe duda de que la idiosincrasia norteamericana marca grandes diferencias.
La soledad buscada genera necesidad de afecto, de contacto, al menos esporádico. Toda esa desafección, produce de forma inconsciente, carencias y vulnerabilidad. Y la manera más rápida de solventarlo es, sin duda, recurrir a todo aquello que nos produce un consuelo, que aunque pasajero, nos reconforta momentáneamente, hasta la siguiente crisis.
He leído opiniones sobre esta serie, y no coincido en absoluto, sobre la consideración de fracasado de Don Draper. Estas opiniones se basan en el final y yo veo a Draper como un triunfador, finalmente triunfa, porque después de todo su duro periplo vital, después de su automaltrato, después de negarse a sí mismo una búsqueda interna y rechazar la idea de poder ser amado por quien es y no por lo que es; finalmente llora por él, porque se encuentra, se ve, se reconoce y se quiere.
Peggy Olson alcanza sus objetivos profesionales y se siente satisfecha a pesar del precio que ha tenido que pagar. No hay culpabilidad, hay cálculo e inteligencia. Y me gusta. Me gusta porque ya está bien de cargar a las mujeres con rémoras maternales, sensibleras y culpabilizadoras.
Y en un aspecto mucho más general, cómo y cuánto ha cambiado la manera de vivir, de trabajar, de utilizar sustancias como las drogas, el tabaco y el alcohol. Si antes se recurría a todo ello con fines de viajes sensoriales y uso social, actualmente se rechaza todo ello, en pro de una óptima salud física y emocional.
Todos beben y fuman mientras trabajan, desde por la mañana. Utilizan el alcohol como vehículo inspirador y creativo, como relajante y acompañamiento de celebraciones. Fuman con el desconocimiento y la despreocupación de una época que ignoraba los efectos del tabaco en el organismo. Y consumen drogas con el fin de experimentar el autoconocimiento a través de la evasión, de alejar la mente del cuerpo y verse de lejos.
La sociedad que se retrata es machista, se hace una utilización mecánica de las mujeres, son objetos al servicio de los hombres. Todas ellas, desde las esposas sumisas que tienen hijos a los que deben criar y educar, hasta las secretarias que son eso, encubridoras de los secretos más vergonzosos de sus jefes, esos jefes con los que mantendrán relaciones sexuales si ellos así lo desean, sabiendo que si se niegan, perderán su empleo y la posibilidad de convertirse en sus amantes o sus esposas.
Tenemos suerte las mujeres que no hemos vivido esa época, pero si profundizamos, tampoco es que haya habido tantos cambios. Ahora no se enarbola orgullosa y públicamente la bandera machista, porque sería políticamente incorrecto. Pero la brecha salarial sigue existiendo, la conciliación familiar es casi inexistente, muchas mujeres renuncian a sus trabajos y carreras profesionales si quieren tener hijos e hijas, no existen verdaderas soluciones traducidas en recursos sociales que apoyen a las mujeres que quieren ser madres. Y las que no lo quieren ser, son consideradas bichos raros, pseudomujeres incompletas que quieren suplantar a los hombres, privarlos de su capacidad reproductora y hundirlos en la más absoluta de las miserias.
Puede que más adelante vuelva a escribir sobre Mad Men, porque a día de hoy, es la mejor serie que he visto nunca.
Y además de lo que ya os he contado. El vestuario maravilloso, los coches, las casas, el ático de Don Draper y sus trajes, camisas y zapatos. Hasta los tres bañadores, si no he contado mal.
Y acabo con la música. Impecable. Como curiosidad, cada capítulo acaba con una canción diferente, relacionada con lo ocurrido en cada uno de ellos. Música de ese momento de la historia. Voy a hacer una recopilación en forma de playlist en Spotify (92 canciones), ya os avisaré por aquí y en Instagram.
A quien no haya visto esta serie se la recomiendo muchísimo. Imperdible.
4 comentarios:
A mí también me gustó mucho la serie. Tu análisis es maravilloso.
He escuchado hablar sobre esta serie, así como también, la he visto pasar cada vez que busco una película en los canales de mi televisión. Yo no la he visto, pero después de leer tendré que echar un vistazo.
Me quedo por aquí.
Saludos.
Gracias Aroa. Me hace mucha ilusión que me leas.
Muchas gracias por tu comentario Marisa y saber que me sigues es todo un gusto.
Saludos.
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