miércoles, 19 de julio de 2017
384.-RESTAURANTE GARBO VINATERÍA. ÍNFULAS Y HUMOS.
Hace mucho que no escribo sobre restaurantes a los que voy, porque de los que me gustan mucho ya existen buenas referencias en blogs con más reconocimiento y experiencia en estos temas que el mío y de los que no me gustan, porque no quiero regodearme con los errores que pueden ser por un mal día o por cierta inexperiencia.
Garbo Vinatería es un restaurante que se encuentra en la concurrida Plaza de las Ollas, en el turístico y saturado barrio de el Borne.
El restaurante es bonito, amplio, con una agradable terraza y en su interior la decoración con toques industriales que ahora están muy en boga y la aportación de la originalidad del propio local con sus muros de piedra vista, grandes cristaleras que aportan luminosidad y vistas a la calle.
En cuanto a mi experiencia en este nuevo local debo decir que ha sido poco afortunada y por ello y otros detalles la narro aquí.
Estuvimos VIDA y yo el viernes 16 de junio sobre las 13:30 horas. Al llegar nos recibió un camarero muy amable que nos preguntó si íbamos a comer, le dijimos que si, y nos acompañó a una mesa del interior. El local nos agradó, la decoración como ya he dicho antes es la que se repite mucho ahora en locales nuevos de Barcelona y me temo que fuera de nuestras fronteras también.
Cuando ya estábamos instaladas en la mesa, se acercó la camarera y nos preguntó qué queríamos tomar. Pedimos un agua y una cerveza y nos dijo con un tono que sonaba a reprimenda de profesora de colegio, que sólo podíamos estar allí para comer.
Le respondimos que su compañero nos había acompañado a la mesa y que por supuesto él ya sabía que íbamos a comer.
No pareció gustarle la respuesta o directamente no le gustamos nosotras. Durante el resto del tiempo que pasamos allí nos ignoró y tuvimos que esperar unos diez minutos a que su compañero nos trajera la carta.
Pedimos una botella de vino blanco "Guitián Godello" D.O. Valdeorras, que ya conocíamos y nos agrada mucho.
Comenzamos una docena de ostras Gillardeau, en las tres modalidades que las sirven, la primera al natural, la segunda con algas y la última fritas. Estaban deliciosas, no podía ser de otra forma con una materia prima de primera calidad. Sigo prefiriéndolas al natural, con sólo unas gotas de limón. Las fritas estaban buenas, pero camuflan un producto que no necesita nada.
Continuamos con un huevo cocido a baja temperatura con anguila, exquisito.
Steak tartare muy bueno.
Cazón frito cortado excesivamente pequeño, con lo cual sobresale el sabor del rebozado y queda oculto el del pescado.
Acabamos con dos vieiras, que después de la camarera, fue lo peor de la comida. Estaban cocidas y sin sabor, una pena, porque las vimos crudas en la vitrina de la barra y tenían muy buena apariencia, pero la preparación no era acertada.
Llegadas a este punto, le pedimos al camarero que si podemos salir a la terraza a tomar los cafés y nos responde que las mesas de la terraza son para comer.
Mientras mi pareja se acerca a la barra para pagar, yo salgo fuera. A los pocos minutos nos preparan una mesa en la terraza y nos sirven el café y un chupito de brandy que yo había pedido pero al que nos invitan.
He leído varios comentarios en TripAdvisor sobre el tema de las mesas para comer y no para beber y considero que cada persona hace lo que considere oportuno y adecuado en su casa/negocio.
En nuestro caso no hubo coordinación y negarnos una mesa en la terraza, después de haber comido y bebido, generando una cuenta alta, fue muy poco profesional, aunque después rectificaran.
La comida no está mal, aunque la oferta es muy parecida a otros locales, nada sorprende, pasa como con la decoración. No obstante están empezando y hay que esperar cien días para hacer una primera evaluación o autoevaluación. ¿O eso de los cien días es para los gobiernos?
Y una última cosa, la elegancia, el buen trato, la delicadeza, la educación, una sonrisa y una excusa a tiempo aportan mucho y nos colocan en el camino adecuado.
La críticas que los clientes dejan en TripAdvisor no siempre son fiables, objetivas y acertadas, pero la respuesta del propietario del restaurante al cliente demuestra lo que hay.
Mucha suerte en el difícil camino de conquistar al que quiere comer y beber.
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2 comentarios:
Ay por favor, que mal servicio, me parece fatal que no te puedas sentar donde quieras encima que pagas por varios platos, y aunque pagaras por uno me molestaría igualmente. Yo ya por eso de no poder sentarme donde quisiera pasaría de ir directamente la verdad jajaja Si se pusieron tan pesados con las mesas deberías de haberles reclamados por las Vieiras mal hechas :P
Està una mica de moda això de les cambreres que renyen... Ho he patit i dic cambreres en femení, perquè no m'ha passat amb cambrers ara per ara...
L'altre dia a les 16h a la plaça Molina, en la nova Xarxa, veiem que hi havien bastantes taules lliures (ja havíem dinat en un altre lloc) i preguntem educadament si seria possible prendre un cafè... I mira que és fàcil dir "no" i somriure.... Doncs ens va explicar en plan "sabelotodo", que allò era un restaurant i no era per prendre cafè...
Doncs, perfecte.... el tenia pendent aquest restaurant, però ja m'han passat les ganes... I et podria explicar algun cas més...
I coure en excés les vieres, és de jutjat de guàrdia....
De moment el Garbo aquest, queda tatxat de la llista.... :)
Salutacions!!
I
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