viernes, 23 de junio de 2017

381 - DIARIO DE VIAJE Y MACHISMO POSTURAL.

De camino a Zaragoza en el AVE.
Me pongo los auriculares y suena la música de "El Exorcista" en un bucle interminable.
Vamos sentadas en dos asientos en el sentido inverso a la marcha del tren y enfrente tengo a una señora que lleva encima una toalla,con bordados de abejas, a modo de babero.
A su lado un hombre con pinta de comercial que nada más llegar desplegó sobre la mesa que nos separa su MacPro y su Iphone.
No despiertan mi interés.
Ahora que ya llevamos casi veinte minutos de trayecto, comienzo a fijarme en el paisaje y soy consciente del fresquito que hace en el tren y tengo la certeza de que fuera comienza un día más de calor extremo.
A medida que nos aproximamos a Aragón, la humedad deja paso a lo árido.
Y lo que mi personalidad "mal pensada" no se equivocó, pues ocurre.
El tío con pinta de comercial que va sentado enfrente de VIDA, el que tiene pinta de comercial. Entra en modo despatarre total, ocupando el lugar de ella por debajo de la mesa e invadiendo de una forma escandalosa su espacio.
Y como ocurre habitualmente en estos casos, nosotras calladitas y encogidas para que el capullo machista tenga los cojones ventilados.
Buscad en Instagram el hastag #machismopostural, sólo hay dos fotografías, pero podéis añadir más.

 Fotografía tomada en un stand de Alimentario 2016 en Barcelona.

Fotografía tomada en el AVE Barcelona Zaragoza del jueves 22 de junio de 2017 de las 08:00 horas.

lunes, 19 de junio de 2017

380.- NO PASA NADA.


Realmente y por mucho que piense, siempre llego a la conclusión de que por mucha pena, por mucho dolor, por muchas pérdidas o por cualquier otra cosa triste que suceda en el mundo, no pasa nada.

Da igual si el acontecimiento se produce en el mundo mundo, es decir, en la tierra, en el planeta, o si se produce en nuestro mundo interior, en nuestra mente, en nuestro corazón. 

Da igual el lugar y da igual el acontecimiento. Porque no pasa nada.

Y no pasa nada, porque nada nos remueve por dentro, nada nos afecta, nada nos hace reaccionar.



La delicadeza, de la que tantas veces hablo, que no existe o muy pocas veces se manifiesta. El daño que se cuela por todo cuando no hay delicadeza, cuando no vemos más allá de nuestro coño.

Y alguna vez gritamos, lloramos, escribimos o comentamos, pero no pasa nada porque nada cambia y todo continúa exactamente igual.

¿Y qué hacer para que las cosas cambien, para solucionar problemas, para evitar penas, para saltar obstáculos, para dejar de sufrir, para ser feliz?

Nada, no hacemos nada. 

Porque todo es igual.



jueves, 15 de junio de 2017

379.- GILDAS Y MATRIMONIOS.







Ni bodas ni películas. De lo que voy a hablar es de dos típicos pintxos vascos que nos podemos encontrar en cualquier barra de Euskadi.

Es cierto que su preparación y degustación se ha ido extendiendo y es fácil encontrárselos en barras de Cataluña, Madrid o Canarias.

Como es algo sencillo de preparar, con ingredientes fáciles de encontrar y perfectos para un aperitivo en la terraza de casa con amigos y sin tener que pasarse mucho tiempo en la cocina.

La "Gilda" es un pintxo que lleva dos olivas rellenas de anchoa, cuatro piparras en conserva, también llamadas langostinos de Ibarra, que son una especie de guindilla que no pica y un filete de anchoa en aceite.
Se ensartan en un palillo largo primero una oliva, a continuación la anchoa por uno de sus extremos y se deja colgando para a continuación ensartar las cuatro piparras a las que previamente se les habrá cortado el rabo, se ensarta el otro extremo de la anchoa procurando que la parte del filete que tiene restos de piel no quede a la vista, finalizamos con la otra oliva.
Este pincho es para comerse de un bocado, porque así se mezclan los sabores de los tres ingredientes.
Perfecto con una caña de cerveza muy fría, una copa de txacolí o de cava brut nature.


El "Matrimonio" es pura simplicidad, nada que ver con la institución. Se trata de un pepinillo grande, que lo sea tanto como los filetes que van dentro de él, después de cortarlo a través, como si fuéramos a hacer un bocadillo con un filete de anchoa en aceite y otro de boquerón en vinagre. El pepinillo puede ser en vinagre o agridulce, de los de tipo alemán. Yo prefiero estos últimos porque son más suaves de sabor.
Se pincha el bocado con un palillo en el que se han insertado un trocito de pimiento rojo asado y una oliva.
Con lo mejor que marida es con una cerveza bien fría.


Pues esta es mi recomendación gastronómica hoy, sencilla, fresca y muy rica.
Lo más importante es que todos los ingredientes sean de primerísima calidad.


jueves, 1 de junio de 2017

378.- PAPAS Y PATATAS








Antes de empezar, mejor saber cocinar, y cocinar no es mezclar cosas de forma aleatoria y crear un cuadro.





En contra de lo que pudiera parecer, este es un post serio, porque sobre lo que quiero escribir es sobre alimentación. Es cierto que nunca lo hago, he escrito alguna receta, pero no me gusta dar consejos y sugerencias sobre lo que es sano o no comer.

Creo que las personas que me leen tienen el suficiente criterio para saber como llevar una alimentación sana y equilibrada y me parece muy arriesgado y prepotente el ponerse a escribir sobre buenos o malos hábitos alimenticios y sobre buenos y malos alimentos.

Todo ello debemos dejárselo a expertos en esas materias, personas que se han formado para ello y saben realmente individualizar las necesidades alimenticias.

De lo que yo quiero escribir hoy es de la comida que está rica y apetecible y de lo que es un truño incomible y vacío de propiedades nutritivas .

Muchas personas, debido a sus horarios de trabajo, deben comer en sus oficinas  y quienes no recurren a restaurantes, no tienen otra opción más que llevarse la comida preparada de sus casas. Comer de tupper puede ser muy agradable o un desastre público, porque normalmente te sientas al lado de alguna compañera/o de trabajo y siempre se echa un vistazo a lo que lleva.

Está claro que hay comida que es apta para llevar en un tupper y que aguante en buenas condiciones durante varias horas siempre que podamos guardarla en un frigorífico.







Esta es una merluza hecha al horno, con un sofrito de puerros por encima, está recién hecha, caliente y jugosa.
Sólo aguantará de esta forma mientras está recién hecha. Al cabo de seis horas en el frigorífico estará seca y nada apetecible y por supuesto gran parte de sus nutrientes habrán desaparecido.









Las ensaladas sin aliñar, en las que los tomates no se corten hasta el momento de ser ingeridos, las piezas de fruta enteras, sin cortar ni pelar, platos de cuchara, sopas, estofados, legumbres, etc., son también una buena elección, ya que pueden calentarse en el momento y conservarán todo su sabor y propiedades.







Estos son unos espárragos aliñados con una vinagreta de pimiento verde y cebolla tierna.
Recién preparados están deliciosos, al cabo de tres o cuatro horas se ablandarán y ya no serán ni sombra de lo que fueron.
Aunque te los lleves sin aliñar, mejor que en un tupper, en su propio envase.





Lo que no se puede, o no se debe es llevar tuppers con patatas cocidas porque se ponen duras al ser refrigeradas, las verduras cocidas o salteadas tampoco son una buena opción porque se secan, las carnes y pescados a la plancha tampoco, y por el mismo motivo, se quedan secos como una suela.



La verdura y las carnes del puchero están muy ricas recién sacadas de la olla, e incluso durante unas horas después. Pueden dejarse de mediodía para la cena, con más horas ya no  estarán apetecibles.
Y las patatas en pocas horas se ponen duras.














Y desde luego si esto ocurre con comida preparada la noche anterior o la misma mañana, que ocurrirá con la que se prepara para cinco días por delante.

No cabe duda de que rellenar bonitos tuppers con gracia y combinando los colores de los alimentos puede resultar muy atractivo fotográficamente hablando e incluso puede dar la impresión de organización, pero en la práctica, es decir, a la hora de comer se acaba el atractivo, porque esa comidita linda es un asco completo.







La ensaladilla rusa es una excepción en los platos que llevan patata y que se conservan muy bien en el frigorífico durante cuatro o cinco días. 
Hay que recordar usar mahonesa de bote, porque la casera se estropea con rapidez y las patatas deben estar muy bien chafadas, hasta convertirlas en un puré.









Y esto lo digo por propia experiencia, y no es que yo prepare ese tipo de tuppers, pero ¿a quién no se le ha olvidado un tupper con sobras en el frigorífico y al cabo de uno, dos, tres o cuatro días lo encuentra y prueba?





Los arroces si te gustan secos pueden conservarse en un tupper varios días sin problema, pero perderán sabor y untuosidad.






Una patata en pocas horas en el frigorífico se pone dura, la verdura pierde sabor, la carne y el pescado se secan. La fruta y las hortalizas crudas pierden sabor y nutrientes.




Pasteles dulces y salados son una buena opción para llevar. Son alimentos que se conservan muy bien y pueden tomarse fríos resultando igual de apetecibles.
Este es de manzanas reinetas.








Esta es una quiche de espinacas con langostinos, perfecta también para llevar. Conserva durante dos o tres días su suavidad y sabor.












Quesos, embutidos, encurtidos, ahumados y pan también son una estupenda opción.












Un pastel de pescado también resulta perfecto, dura varios días, es delicioso y tiene muchos nutrientes que se conservan bien.














Sopas y potajes son ideales, porque  se pueden calentar en cualquier momento.
Cuidado con las patatas, mejor retirarlas cuando se van a comer después de dos días de preparado el plato y nunca congelarlas, porque estarán duras.








En fin lectoras mías queridas, que con una papa hemos topado y que las buenas son calentitas y recién hechas.