Antes de empezar, mejor saber cocinar, y cocinar no es mezclar cosas de forma aleatoria y crear un cuadro.
En contra de lo que pudiera parecer, este es un post serio, porque sobre lo que quiero escribir es sobre alimentación. Es cierto que nunca lo hago, he escrito alguna receta, pero no me gusta dar consejos y sugerencias sobre lo que es sano o no comer.
Creo que las personas que me leen tienen el suficiente criterio para saber como llevar una alimentación sana y equilibrada y me parece muy arriesgado y prepotente el ponerse a escribir sobre buenos o malos hábitos alimenticios y sobre buenos y malos alimentos.
Todo ello debemos dejárselo a expertos en esas materias, personas que se han formado para ello y saben realmente individualizar las necesidades alimenticias.
De lo que yo quiero escribir hoy es de la comida que está rica y apetecible y de lo que es un truño incomible y vacío de propiedades nutritivas .
Muchas personas, debido a sus horarios de trabajo, deben comer en sus oficinas y quienes no recurren a restaurantes, no tienen otra opción más que llevarse la comida preparada de sus casas. Comer de tupper puede ser muy agradable o un desastre público, porque normalmente te sientas al lado de alguna compañera/o de trabajo y siempre se echa un vistazo a lo que lleva.
Está claro que hay comida que es apta para llevar en un tupper y que aguante en buenas condiciones durante varias horas siempre que podamos guardarla en un frigorífico.
Esta es una merluza hecha al horno, con un sofrito de puerros por encima, está recién hecha, caliente y jugosa.
Sólo aguantará de esta forma mientras está recién hecha. Al cabo de seis horas en el frigorífico estará seca y nada apetecible y por supuesto gran parte de sus nutrientes habrán desaparecido.
Las ensaladas sin aliñar, en las que los tomates no se corten hasta el momento de ser ingeridos, las piezas de fruta enteras, sin cortar ni pelar, platos de cuchara, sopas, estofados, legumbres, etc., son también una buena elección, ya que pueden calentarse en el momento y conservarán todo su sabor y propiedades.
Estos son unos espárragos aliñados con una vinagreta de pimiento verde y cebolla tierna.
Recién preparados están deliciosos, al cabo de tres o cuatro horas se ablandarán y ya no serán ni sombra de lo que fueron.
Aunque te los lleves sin aliñar, mejor que en un tupper, en su propio envase.
Lo que no se puede, o no se debe es llevar tuppers con patatas cocidas porque se ponen duras al ser refrigeradas, las verduras cocidas o salteadas tampoco son una buena opción porque se secan, las carnes y pescados a la plancha tampoco, y por el mismo motivo, se quedan secos como una suela.
La verdura y las carnes del puchero están muy ricas recién sacadas de la olla, e incluso durante unas horas después. Pueden dejarse de mediodía para la cena, con más horas ya no estarán apetecibles.
Y las patatas en pocas horas se ponen duras.
Y desde luego si esto ocurre con comida preparada la noche anterior o la misma mañana, que ocurrirá con la que se prepara para cinco días por delante.
No cabe duda de que rellenar bonitos tuppers con gracia y combinando los colores de los alimentos puede resultar muy atractivo fotográficamente hablando e incluso puede dar la impresión de organización, pero en la práctica, es decir, a la hora de comer se acaba el atractivo, porque esa comidita linda es un asco completo.
La ensaladilla rusa es una excepción en los platos que llevan patata y que se conservan muy bien en el frigorífico durante cuatro o cinco días.
Hay que recordar usar mahonesa de bote, porque la casera se estropea con rapidez y las patatas deben estar muy bien chafadas, hasta convertirlas en un puré.
Y esto lo digo por propia experiencia, y no es que yo prepare ese tipo de tuppers, pero ¿a quién no se le ha olvidado un tupper con sobras en el frigorífico y al cabo de uno, dos, tres o cuatro días lo encuentra y prueba?
Los arroces si te gustan secos pueden conservarse en un tupper varios días sin problema, pero perderán sabor y untuosidad.
Una patata en pocas horas en el frigorífico se pone dura, la verdura pierde sabor, la carne y el pescado se secan. La fruta y las hortalizas crudas pierden sabor y nutrientes.
Pasteles dulces y salados son una buena opción para llevar. Son alimentos que se conservan muy bien y pueden tomarse fríos resultando igual de apetecibles.
Este es de manzanas reinetas.
Esta es una quiche de espinacas con langostinos, perfecta también para llevar. Conserva durante dos o tres días su suavidad y sabor.
Quesos, embutidos, encurtidos, ahumados y pan también son una estupenda opción.
Un pastel de pescado también resulta perfecto, dura varios días, es delicioso y tiene muchos nutrientes que se conservan bien.
Sopas y potajes son ideales, porque se pueden calentar en cualquier momento.
Cuidado con las patatas, mejor retirarlas cuando se van a comer después de dos días de preparado el plato y nunca congelarlas, porque estarán duras.
En fin lectoras mías queridas, que con una papa hemos topado y que las buenas son calentitas y recién hechas.
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