El título de este post, después de haberme contagiado de COVID, parece lapidario, pero sólo es casualidad.
Es porque estos tres meses sin publicar nada, me hacen sentir como si hubiera hecho ghosting, o cómo se decía cuando yo era pequeña, cómo si me hubiera despedido a la francesa.
Muchos días me ha apetecido pasarme por aquí y contar cosas, pero la vida no me ha dejado tiempo para hacer más de lo que ya hago.
Y hoy vuelvo con ganas e ilusión, cómo siempre que estoy aquí, en este espacio amable, facilitador y que a mi me hace tanto bien. Porque tengo cosas nuevas que me agradan y que me hacen feliz.
No hace demasiado tiempo me preguntaba una conocida que por qué tengo un blog, y no supe responder en ese momento. Pero he reflexionado sobre ello, y la respuesta más certera es que a mi me encanta leerme. Pues si, me gusta tener este diario en el que desde 2011 hay mucho de mi.
Estamos en verano, ¿se nota, verdad? y no voy a escribir un post sobre la ordinariez de esta estación injustamente sobrevalorada. Porque quienes me conocéis, ya sabéis qué es lo que pienso sobre ello, y si no, pues aquí, aquí y aquí lo he explicado.
Y no quiero alargarme mucho en este post, pero si adelanto, que los próximos contenidos serán interesantes y entretenidos.
Hablaré de Zentangle, porque en octubre me certificaré como profesora, y eso es un enorme motivo de felicidad para mi. Es un logro que voy a conseguir yo, con mucha constancia y cierto sacrificio. Quiero poder transmitir a otras personas algo que a mi me hace feliz y que ha promovido cambios importantes en mi yo interno y externo.
También quiero hablar de tradiciones orientales que deberíamos importar correctamente, la esencia de éstas, y no quedarnos en la superficie, sin profundizar. Y para ello es necesario estudiar y no leer por encima en la wikipedia.
Recetas. Si, esas instrucciones para comer rico. Porque la vida sin comida buena es menos vida, y porque todo alrededor de una mesa llena de cosas ricas, es más sencillo y hermoso.
Cine y series. Cómo he dicho muchas veces aquí, no soy crítica de cine oficial, porque mi formación académica no fue esa, y opino desde mi experiencia como público que es larga y dilatada (jajajajaja).
Relacionando cine y gastronomía, pues nada mejor que escribir sobre esas maravillosas y deliciosas películas que después de verlas nos sentimos tan inspiradas que nos marcamos un chateaubriend con su bearnesa. Algo de esto ya adelantaba yo por aquí.
Y habrá más cosas seguro, porque yo soy bastante de improvisar y de descubrir cosas nuevas y ponerme a investigar sobre ellas.
Activismo y política también, porque forman parte de la vida.
Hasta muy prontito.
