Llevo díez días abducida. Y no ha sido por una nave extraterrestre, no. Ha sido por esta serie, que parece que ya ha visto mucha gente, pero yo no. Me había resistido, porque me parecía un rollo de guerras entre escoceses e ingleses y nada más.
Pero, ¡qué equivocada estaba!
A día de hoy, estoy a mitad de la tercera temporada, después de llevarme un enorme disgusto al acabar la segunda en Netflix y comprobar que allí no había más.
Pero, he tenido ayuda, y hemos solventado el problema.
Amor, destila amor a lo bestia. Para mi está siendo lo que me tiene enganchada.
Pero, vale, también hay más. Batallas, violencia y compañerismo. La maldad más absoluta jamás imaginada. La venganza como bálsamo curativo y la bondad como píldoras de Bach u homeopatía.
Aventuras, damas, viajes, brujas, damiselas, putas, caballeros, caballos, hombres con faldas que destilan una virilidad, que a mi que estoy muy "no binaria" me ha traspasado, la verdad.
Cuando veáis, si aún no lo habéis hecho, a James Fraser. El corazón, por ser fina, os dará un vuelco. Creo que no veía algo igual en décadas.
Y Claire. También. Pero estoy pasando una racha hetero, ¿qué queréis que os diga? Flow genre.
Desde luego, y no me cabe duda, Jamie y Claire juntos son una bomba sexual, que traspasa la pantalla.
No quiero extenderme mucho, porque aún me queda acabar la tercera temporada y comenzar la cuarta. Y parece que hay una quinta.
1 comentario:
Una de mis series favoritas. Disfruté muchísimo.
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