Tenía un enorme cajón de la cómoda de mi habitación lleno, lleno, llenísimo de pañuelos, foulares, pashminas y similares.
En el blog de no recuerdo quien vi un artilugio de IKEA, ideal para organizarlos y tenerlos
a la vista.
Me compré el invento sueco y ahora tengo todo mi arsenal de complementos textiles a la vista.
Como son muchos hay cierto batiburrillo, pero me guta verlos así.
Ya habréis adivinado, a estas alturas, que yo minimalista no soy.
Ejercicios de respiración y continuar la distracción.
Fotos: Conchy P. Vázquez
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