La última película, de momento, de momento, de Alejandro Amenábar, me ha parecido floja, sin suspense y previsible desde los primeros 10 minutos.
La interpretación de Emma Watson como la chica que parece que no mata una mosca, pero que desde el comienzo se advierte que es capaz de meterse en un enjambre de abejas, vacía y estereotipada.
Nos muestra una realidad de libro en el caso de la protagonista, entendiendo que quienes vemos la película, la conocemos.
Sin embargo, el eje central de la cinta, basado en casos reales y posteriormente estudiado, dando lugar a controvertidas teorías psiquiátricas, da por hecho que el/la espectador/a desconoce e infravalora los conocimientos del público.
Efectivamente, no es materia del día a día, pero tampoco se trata de un tema que no escuchemos muchas veces en programas de televisión o leyamos en periódicos, libros y revistas medianamente populares.
Me ha gustado, que no todo iba a ser malo, la interpretación del protagonista Ethan Hawke.
Esta película encajaría bien en los telefilmes de sábados y domingos, letárgico y sin excesivos sobresaltos.
Otro desliz de Amenábar.
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