Las gafas oscuras, también llamadas de sol (¿?) son ese complemento que para mí es imprescindible, en invierno y en verano.
Nunca salgo sin ellas y solo me las quito cuando anochece o cuando estoy en sitios cerrados.
Si cuando salgo de casa se me olvidan (cosa infrecuente), vuelvo a buscarlas y si ya estoy muy lejos, pués me voy a alguna tienda y me compro unas low-cost.
A lo largo de los años y gracias a mi constancia gafil, no tengo "patas de gallo".
No soy coleccionista de nada, pero hay cosas que me gustan de las que tengo muchas, y una de esas cosas son mis gafas.
Aquí si que hay modelos auténticamente vintage, algunos de mercadillo, regalos de revistas y varias de las buenas de verdad.
Grandes y pequeñas, casi todas negras, alguna atrevida y todas, todas muy usadas porque me encantan todas y cada una de ellas.
Muchas están colgadas en este invento que vimos hace años en la serie "Nikita", un cable de acero colocado de lado a lado de una ventana. Me encanta porque así están siempre a la vista. Las más nuevas las guardo en sus estuches.
2 comentarios:
Este post recuerdo que dijiste que lo harías cuando os enseñé las gafas de mr. Mus.! Tú también tienes una buena colección, pajarita...
Si Anita, este post estaba pensado desde que tú sacaste la colección de Mr. Mus. Saluditos.
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