Porque me gusta acabar el año con la agenda llena y la mejor manera es completar aquellas hojas que quedaron vacías por olvido las más y por inactividad las menos.
Pensando ya en la próxima, que como la de este año que termina, quiero que sea manejable, con una bonita cubierta, una página para cada día y como plus, una buena colección de pegatinas, etiquetas, cintas y demás accesorios para marcar, adornar y hacer del uso de la agenda algo divertido.
De momento, y acabando la actual, me dedico a escribir los borradores de futuros post's en las hojas que quedaron vacías.
Y no se trata de una cuestión de economía, sino de una necesidad visual y táctil.
Pasar las hojas llenas de palabras, páginas que se vuelven más finas y crujientes debido al peso de la tinta, a los surcos que deja la punta del bolígrafo o la pluma en el papel.
Es algo muy parecido a lo que el tiempo hace en nuestra piel, en nuestras conciencias en en nuestro intelecto.
Así que continúo rellenando hojas de palabras y de ideas.
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