martes, 4 de diciembre de 2018

484.- TEMPORADA DE CALDOS.



El otoño parece que ya se ha instalado aquí en esta isla en la que vivo. Isla geográfica e isla personal.

Y aunque el frío canario no tiene que ver con el frío peninsular, y los 18º sean motivo de botas, medias y en algunos casos (exageradas), de guantes y gorros de lana. Se impone el retorno de la cuchara, del caldo hirviendo en la olla y el aroma a casa calentita.

Y aunque ya sé que no es la primera vez que escribo sobre el tema este de los caldos, vuelvo a hacerlo, porque yo soy la antítesis de Mafalda. Yo amo la sopa por encima de todas las cosas (de comer), mi ciencia preferida es la fideología, mi artilugio de cocina el cazo para servirla y la sopera el recipiente indispensable de una cocina con fundamento.

Y claro, sopas hay muchas, caldos incontables y recetas para aburrir.



Así que no me voy a poner aquí a daros una lista de tipos de caldos y sopas. Bastará con que sepáis poner varias cositas en una olla y tengáis paciencia hasta obtener el resultado que será muy apetecible si me hacéis caso.

Una olla muy grande, de las de toda la vida (no exprés), si la tenéis de 5 litros en adelante, mejor que mejor.

Yo para una olla de seis litros utilizo  un kilo de carne de ternera (pecho o morcillo), un hueso mejor con tuétano, medio pollo y un cuarto de gallina. Si queréis que el caldo quede de un estupendo color dorado oscuro, marcar las carnes antes de meterlas en la olla, y el hueso lo podéis tostar en el horno.

1/2 kilo de garbanzos que habrán estado 24 horas en remojo, escurridos y lavados.

Dos zanahorias, una cebolla pinchada con dos clavos de olor, un puerro, tres ramas de apio, un tomate, un pimiento verde y una ramita de perejil. Sal y cinco granos de pimienta negra.


Y a cocer tres horas, o hasta que los garbanzos estén muy tiernos. No olvidéis desespumar el caldo y desechar esa espuma.

Coláis bien el caldo. Con las carnes y las zanahorias podéis preparar unas croquetas memorables, poniendo también tres huevos duros a la masa.

Al caldo resultante podéis añadirle verduritas en juliana, fideos, galets con pilotetes, huevo picado, hierbabuena, un chorrito de jerez seco, o lo que os apetezca. Y siempre siempre, unas hebras de azafrán previamente tostado.



Para tostar el azafrán, podéis ponerlo encima de la tapa de la olla durante unos diez minutos, mientras se está cociendo el caldo. Se quedará más seco y se obtendrá mejor resultado en aroma y sabor.

El caldo se puede congelar.

Y si no os animáis, comprad caldo Aneto, es lo más parecido a esto que os cuento.

Feliz sopa.

2 comentarios:

Esther dijo...

Qué rico y buen caldito. Gracias por el truco del azafrán.

Laia Tramunt dijo...

Conchi, te echamos mucho de menos y también nos acordamos de esas cenas y comidas deliciosas que nos has preparado.
Y tú no eres de la Hoffman.
Besos preciosa.