martes, 23 de octubre de 2012

88 - LOLA NO PASEARÁ SOLA POR BARCELONA




Hace ya casi un mes que mi novia y yo hemos adoptado una perrita, y aunque  nunca he estado especialmente predispuesta a tener animales, me siento feliz de tenerla en nuestras vidas.
No ha sido sencillo el dilema sobre comprarla o recogerla en algún albergue de animales abandonados.
El espacio disponible en casa, era un condicionante importante para la elección, ya que sobre todo queremos que ella esté cómoda y feliz, en un sitio adecuado y agradable.
Y si, la compramos.
A pesar de nuestras iniciales pretensiones de acoger a un animalito que necesitara un hogar por haber sido abandonado. Nuestra perrita también necesitaba un hogar y sobre todo nosotras la necesitábamos a ella.
Yo, que soy madre puedo decir que no es comparable en absoluto el sentimiento que se tiene por los hijos al que se tiene por un animal, por muy querido que sea; pero he de reconocer que mi "inicio canino" me está resultando sorprendente. La cuido porque la siento indefensa, me río porque no para quieta, es traviesa, inquieta, alegre, cariñosa, fiel, divertida, mimosa y sobre todo cuando miro los ojos y la cara de mi novia, se que hemos tomado una decisión importantísima y adecuada.
Lola, se llama así, ha pasado a ser un miembro más de nuestra familia y nos acompañará en esta nueva y prometedora etapa de nuestras vidas.





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