lunes, 30 de julio de 2018

432.- QUESO AZUL.


Con los años me he ido familiarizando con los quesos azules, que en ocasiones pueden resultar desconocidos y exóticos.

Son quesos de sabor potente, con un punto o más de sal, picantes, cremosos y grasos. En muchos casos evocan sabores a frutos secos, nueces, pasas y almendras.

Se pueden elaborar con leche de vaca, cabra u oveja, o con una mezcla de dos o tres de ellas, en diferentes proporciones.

Durante el proceso de elaboración de estos quesos, se introduce manual o naturalmente un hongo llamado penicillium, que es el que le proporciona las características vetas azules. 

Maduran en cuevas durante meses y poseen una propiedades olfativas y gustativas que no dejan indiferente a nadie.

Este tipo de quesos suelen tener un color blanco marfil y vetas de color verde azuladas, cuanto más oscuro sea y mayor cantidad de vetas tenga, más intenso será su sabor.

Hay muchas más variedades de las que detallo aquí, pero voy a poner sólo los que he probado y me parece que son los mejores.



CABRALES. Es el queso azul más conocido en España, se elabora en Asturias, madurando durante meses en cuevas de los Picos de Europa. Su sabor es fuerte, ácido y tiene un olor penetrante.



STILTON. Exclusivo queso inglés que sólo se produce en cinco lecherías de tres condados, Derbyshire, Leicestershire y Nottinghamshire. Existen dos variedades, el blanco y el azul, que es del que os cuento aquí. Su color va desde el blanco hasta el naranja y sus vetas son de un azul intenso.Tiene un acusado sabor a nueces, es potente, fuerte y cremoso. El rey de los quesos azules, sin duda.



VALDEÓN. Madura en cuevas con menos humedad que el Cabrales, es picante, mantecoso y graso.


GORGONZOLA. Queso italiano azul y muy conocido. Debemos huir de los industriales y probar el verdadero queso artesano, que según su grado de maduración será más
especiado, dulce o picante.



LA PERAL. Asturiano, pero mucho más suave. Puede utilizarse para ceremonias de iniciación en la degustación de quesos azules. 



PICÓN BEJES-TRESVISO. Potente queso cántabro del Valle de Liébana. Muy intenso, picante y con un punto salado.



FOURME D'AMBERT. Francés de L'Auvergne, con forma de rulo gigante y de sabor suave. 




DANABLÚ. Es una mala copia del Roquefort francés, elaborado en Dinamarca y de lo más vendidos por su precio económico. Si lo que quieres es comer un buen queso azul, solo o en una tabla con otros quesos, no te lo recomiendo. Pero para preparar salsas, pizzas, rellenos, etc, es perfecto.



ROQUEFORT. Es uno de los quesos más antiguos y conocidos del mundo. Se elabora con leche coagulada de oveja en la zona francesa de Causses de Aveyron. Tiene un sabor intenso a nueces y pasas, ácido y un punto salado.



Para acompañar estos quesos, la ortodoxia del mundo de este alimento, aconseja que vinos dulces de Oporto y Jérez, será lo más apropiado. Pero, yo comento aquí lo que a mi me gusta hacer cuando como estos quesos.

Con el Cabrales me gusta la sidra. Y me dirán sacrílega, pero prefiero la vasca.

Con el Stilton me parece un auténtico lujo, un vino de uva tinta verdejo, asturiana. No tiene D.O. y se llama Llumés. 

De todos estos quesos mi preferido es el Stilton, cuando la pasta pasa a tener un tono anaranjado. Yo lo sirvo con nueces, uvas moscatel y mermelada de higos. Pan blanco ligeramente tostado.

Si hacéis una tabla de quesos, que yo siempre recomiendo que se coman al acabar la comida, el último queso debe ser el azul.

Y ya para dejaros un ejemplo de tabla de quesos y quedéis finamente:
  1.  Brie de Meaux, Camembert o St. Marcelline.
  2.  Semicurado ahumado, de cabra, de la isla del Hierro en Canarias.
  3.  Manchego artesano de oveja curado.
  4.  Tupí catalán de oveja o vaca.
  5.  Queso de cabra payoya, de la sierra de Grazalema.
  6.  Stilton azul.
Distribúyelos en una bandeja, tabla o plato amplios, Corta cada queso de una forma diferente, colócalos en la dirección de las agujas del reloj, del más suave al más fuerte, separa cada queso por filas de nueces, pasas, membrillo y uvas moscatel. Si la tabla es lo suficientemente grande pon dos o tres cuencos pequeños con mermeladas de arándanos, tomate e higos. Pan ligeramente tostado, blanco y de semillas, regañás y colines.



Ya para poner la guinda puedes tener preparadas una botella de Jérez dulce, una botella de vino blanco D.O. Valdeorras y el tinto que ya dije, LLumés, un verdejo tinto asturiano.




sábado, 28 de julio de 2018

431.- SÁBADOS,


Hoy es sábado y vuelve a ser, junto con el viernes por la tarde, mi momento preferido de la semana.

Los sábados son esos días en los que parece que hay más luz aunque esté nublado, en los que te puedes quedar tirada en la cama durmiendo, leyendo, navegando por internet o haciendo cualquier otra cosa que te apetezca.  

También son días en los que te puedes levantar temprano, y a gusto, e irte al mercado a comprar flores y fruta, sin tener que pensar en provisiones para la siguiente semana que aún parece lejana.



Sacar de paseo a Lola y que corra por el Campus de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, suele ser habitual en mis sábados recientes y es muy agradable pasear por aquí, calles desiertas y jardines vacíos del tumulto del curso ya acabado.

Sábados de baño de tarde en la playa, de película por la noche, de colada tendida al sol, de cerezas en el patio y de pan de pueblo.

Sábados de terraza del Hotel Madrid, con calamares, olivas y una caña de Tropical helada.

Sábados de periódicos y suplementos.

Sábados de recuerdos de otros sábados. Sábados de nostalgia, aunque de consciencia de aquello de que no todo el tiempo pasado fue mejor.

Sábados de esterlitzias que sólo tienen una voz, unas manos y una imagen.



Sábados de leer un blog que te reconcilia con la vida y que apacigua el alma y te deja preparada para volver. Volver a ser, a sentir, a mirar, a vivir, a quererme.

Sábados de risas, de bromas, de "operación madriguera", de dibujar y pintar, de escribir y hablar.


Sábados que huelen a jazmín, a canela y vainilla. 



Sábados que me devuelven la vida poco a poco.








lunes, 23 de julio de 2018

430.- COCINAR CON AMOR.

Quien me conoce, sabe que me gusta cocinar y que lo hago bien, muy bien incluso. Es una tontería andar con falsa modestia, y más ante una cosa que es fácil de comprobar. Bueno, no tan fácil, tendría que invitarte a comer a mi casa.

El caso es que cocinar puede resultar un auténtico placer, por supuesto, si te gusta comer y si pones las ganas y el cariño necesario para que lo que prepares quede rico. Y se va a notar, porque ahí estás preparando amor y quien lo prueba come también ese amor.

Recuerdo ahora varias escenas de la película "Cómo agua para chocolate", basada en el libro del mismo nombre, de la escritora mexicana Laura Esquivel. Las codornices con pétalos de rosa, son el claro ejemplo de como nuestro estado anímico se refleja en nuestros platos. 



Claro que hay quien pueda decir que le pone mucho amor, pero que como no tiene ni idea de cocinar, siempre le sale mal todo lo que prepara. Y si, eso es cierto, si no tienes ni idea de freir un huevo, cocer una pasta, saltear unas verduras u hornear un pan, pues mejor llamas un Glovo y pones bonita la mesa, que para eso si que no hay excusas.



Pero quien tiene unos conocimientos básicos, siempre puede mejorar, leer un poquito, ver tutoriales en Youtube y poner amor en lo que prepare. Se nota en los pequeños detalles, en como se ha cortado la verdura pequeñita e igual (brunoise), en que los ajitos queden ligeramente dorados y no quemados, en la forma de las croquetas, en un caldo desgrasado, en unos huevos fritos con la puntilla justa, en ese pollo asado del domingo con su piel crujiente y dorada, en la crema pastelera sin grumos, en la canela espolvoreada sobre el arroz con leche, en el caramelo del flan, en el olor de las carrilleras con su toquecito de brandy del bueno, en infinidad de detalles, incluso en platos que no tengan demasiada complicación.

¿Cómo vas a demostrar amor a nadie preparando unos muslitos de pollo congelados con los que elaboras una receta a la que llamas "Pollo a la mala leche"? Definitivamente eso va a ser una receta fallida. Pero si sustituyes el producto congelado por medio pollito de corral, con su higadito, picas pimiento verde y rojo, un poquito de puerro y cebolla tierna, sofríes la verdura y después el pollo troceado, añades un poquito de Jerez y acabas de cocerlo todo con un poquito de caldo de ave o de verduras, la cosa cambia y mucho. Y esto será un "Pollo al cariño", y se notará.



En Canarias hay un dicho que conozco desde siempre y es "hacer las cosas al puñete", y se traduce en hacer las cosas deprisa, corriendo y mal. Y en la cocina podemos y a veces debemos ser rápidas, pero intentarlo ser con recetas que llevan su tiempo por el tipo de preparación y los tiempos de cocción es imposible. Aunque siempre podemos tirar de recetas sencillas y que no requieran tiempos largos.

Cocina con música. Es sorprendente la cantidad de playlists que hay en Spotify para cocinar. 

Cocina con compañía. A mi no me molesta estar sola en la cocina, con mi música y a mi rollo, pero cuando tengo compañía, me encanta y no necesariamente porque hagan de pinche, sino simplemente para hablar, reirnos, cantar y bailar. ¿Por qué no?

Yo hace años que no hago croquetas por una promesa que me hice a mi misma, preparo la masa, pero me niego a envolverlas. Tuve yo una época que cuando las preparaba no bajaba de 100 unidades. Así que un buen día me dije "adiós croquetas". Llama a La Cocinera.

Pero a lo que iba con el tema de la compañía en la cocina, imagínate envolviendo 100 croquetas, pues eso, muchísimo más ameno tener a alguien al lado que te ayude, en el mejor de los casos, o que al menos escuche tus quejas y arrepentimiento sobre la recaída croquetil.


Bueno, y con esto de la cocina, también quiero nombrar al especimen que cada vez circula más por cocinas privadas de buen nombre y que se dedican a decir que lo de cocinar es una pérdida de tiempo, que con cualquier ensaladita y filetito a la plancha van sobrados o sobradas. Pero cuando ven una croqueta, un flan o un estofado, se lanzan en plancha, y ya no te digo si el platazo es un cordero asado o un solomillo "Wellington", entonces se les tuerce la boca como si fueran a sufrir un ictus, y los ojos les giran como a Marujita Díaz. Y si les preguntas, ¿qué, quieres probar un poco?, caen en trance, como Santa Teresa, la de las yemas y el vivir sin vivir en ella.

En fin, estas y estos, son los carotas que siempre llegan con hambre y sin vino, y se van al borde del colapso intestinal y borrachos.

A propósito de estos, os dejo por aquí el felpudo que he elegido para la entrada de mi casa. 
Me está apeteciendo mucho retomar la costumbre de escribir posts sobre cocina y cocinitas. Aunque sólo sea para que mi parte hater, pueda poner de vuelta y media a los y las foodies cansinas que no tienen ni idea de lo que es un tournedó, un huevo de rey, un lumache, una velouté o unas carajacas.

Porque la moda del comer por la cara, por el Instagram, por el número de seguidores en cualquier red social, se intenta seguir ordeñando, y aunque ya muchas hosteleras y hosteleros se niegan a ese tipo de publicidad influenciadora, que es pasajera por lo poco especializada. Hay muchas que siguen haciendo de sus opiniones, cargadas de desconocimiento, su cesta de la compra gratuita.

Pero sobre esto último, escribiré pronto. Porque bien merece un post exclusivo.






viernes, 20 de julio de 2018

429.- LO JUSTO Y NECESARIO.



Lola y yo nos hemos trasladado a Gran Canaria, isla en la que nacimos las dos y de la que hemos estado alejadas físicamente durante seis años.

Se nos hace un poco extraño vivir aquí, después de haber estado en una ciudad como Barcelona, a la que echamos de menos, igual que a las personas que allí hemos conocido y a las que seguimos queriendo y ahora extrañamos.

Pero el cambio era necesario y agradecemos inmensamente el apoyo de las personas que aquí nos han recibido con los brazos y el corazón abiertos.

Este post viene al caso, porque en algo más de un mes, me he dado cuenta de, con cuantas cosas innecesarias vivimos, cuantas cosas compramos sin realmente necesitarlas y como almacenamos sin parar objetos, que sólo contribuyen a reducir nuestro espacio vital.

Me vine con un par de maletas medianas y el transportín de Lola.

Esto puede parecer cómico, pero es cierto. Ahora mismo tengo dos blusas, cuatro camisetas, tres pantalones y dos vestidos. Ocho braguitas, dos sujetadores y una toalla. Un pañuelo, un foulard y un cinturón. Un neceser con cosméticos y productos de higiene, una bolsita con las cositas de Lola y mi portátil. Un bolso, dos tote bag y una mochila. Dos pares de zapatos y tres pares de calcetines. Mi agenda, un par de cuadernos, stickers, bolígrafos, lápices y rotuladores. Mi móvil.

Y si, eso es todo. Esas son mis pertenencias aquí, de momento.

Por supuesto, que sé que pronto todas mis cosas estarán aquí de nuevo, voilviendo a ocupar muchísimo sitio, y también sé, que me desharé de muchas de esas cosas. Estoy pensando en hacer un "brunchmarket" o "vermutmercadillo" y así dar algo de rentabilidad a muchas cosas que yo no necesito y que pueden ser utilizadas por otras personas.

Cuento todo esto, para que entendamos que se puede vivir feliz con lo justo y necesario y que eso nos puede ayudar a disfrutar de otras cosas que no ocupan lugar físico y que probablemente nos llenen de mucha más satisfacción que la ropa, los bolsos o los zapatos.

No obstante, no voy a dármelas ahora de asceta y negar que no echo de menos algunos de mis trastillos, de mis antojos y de mis compras.

Y echo de menos mi cámara de fotos porque de vez en cuando me gusta salir a fotografiar el día a día. Mis kimmidoll, tan exóticas ellas y que recuerdan que no me olvide de viajar a Japón, mis revistas "Flow", mi bicicleta y mi lámpara "favourite things".

Cositas que ocupan sitio, físico y emocional también.



jueves, 12 de julio de 2018

428.- NETFLIX, HBO, SERIES Y ORDEN.

No sé si a vosotras os pasa, pero desde que tengo Netflix y HBO, he visto muchas series, películas y documentales. Y a veces se me olvida lo que he visto o no, las temporadas, el número de capítulos y su duración, y si he publicado algún post sobre ello.

Tengo un cuaderno de apoyo a mi agenda, pero no es para ese uso exclusivo, y como mi vicio afición a la papelería me ha llevado a tener un montón de cuadernos y libretas sin usar, he decidido elegir una de ellas, que compré en Navidad en un "chino" del Carrer de Carders en Barcelona, para anotar de forma bonita y ordenada todo lo que voy viendo y publicando.

Me he inspirado en un diseño que vi en el Instagram de @myyellowjournal_ y que a su vez está inspirado en Pinterest.

  La libreta he decidido tunearla por fuera, os enseño fotografía del antes y del después.



Así voy poniendo un poquito de orden y dando uso a estas cosas bonitas que tengo algo de lado.

¿Vosotras sois de anotar las series, películas y libros que veis y leéis?


lunes, 9 de julio de 2018

427.- SERIES. EL CUENTO DE LA CRIADA. SEGUNDA TEMPORADA.


En diciembre de 2017 ya escribí aquí sobre la primera temporada de esta serie. Si ya en ese momento me impactó, esta segunda temporada ha seguido haciéndolo, de una manera dolorosa, llenándome de incertidumbre, de debilidad. 

Continúo pensando que la tibieza de muchas puede ser un factor importante en la pérdida de derechos, pero no somos culpables, no podemos ser víctimas y victimarias a la vez. Ya está bien de decir y pensar que somos las mujeres quienes perpetuamos el patriarcado y el machismo, porque no es así. 

Es el mismo patriarcado quien nos hace culpables de una situación que nos ahoga, que nos recorta derechos y que nos silencia. Y en el peor de los caso que nos mata. No exagero.

No haré spoiler, pero la serie no acaba en esta segunda temporada, y supongo que ello se debe al filón que sus productores han encontrado en la ingente cantidad de público que ha tenido. Mucho sufrimiento durante los veintidós capítulos de las dos temporadas. 

Público mayormente femenino, que se horroriza con la ficción, pero que me gustaría saber cuantas percibimos la proximidad de un desastre así. Desastre que comienza a darse con la legalidad en varios países de la maternidad subrogada, definición esta que no es más que un eufemismo para poner nombre a el alquiler del útero femenino, para satisfacer el deseo de ser madre o padre. Utilizando el cuerpo femenino como un recipiente y aprovechando la necesidad económica de muchas mujeres que no tienen ni pueden acceder a recursos básicos para sobrevivir ellas y sus familias.

La responsabilidad es de los estados que permiten esta aberración y que de esta forma, se desentienden del deber de ofrecer a las ciudadanas, recursos adecuados y suficientes para tener una vida que les permita ejercer los derechos que se reconocen en la Declaración Universal de Derechos Humanos. 

Y seguro que habrá quien considere que me pongo muy fatalista y que la serie no es más que una ficción, una distopía irrealizable (valga la redundancia), y que nadie sería capaz de permitir que algo así ocurriera.

Yo creo que se están dando pasos erróneos que nos acercan cada vez más al abismo de la sinrazón, a la desigualdad y a la cosificación de las mujeres y de otros colectivos mal llamados minoritarios. Y callamos.

Volviendo  a la serie. Habrá tercera temporada, aunque el material de Margaret Atwood ya se ha agotado. Grandes expectativas para una buena serie. Espero que los guionistas estén a la altura de la obra de Atwood.


miércoles, 4 de julio de 2018

426. SERIES. BAJO SOSPECHA.


Creo recordar que ya he dicho aquí que a mi, las series españolas no me gustan, como tampoco me gusta el cine español. Pero como en todo, siempre hay excepciones. 

Seguro que este comentario va a resultar desafortunado para muchas, pero así lo siento y así lo escribo.

La serie que me acabo de meter entre ojo y ojo es "Bajo sospecha". Una serie policíaca, con dos temporadas de ocho y diez capítulos cada una.

Cada temporada trata de un caso diferente, se mantiene la intriga y no es fácil descubrir quien es el malo hasta el final.

Es de esas series que te pones a ver y te engancha, una especie de Cluedo televisivo, repleta de actores y actrices conocidos.

Guiones que evocan casos reales recientes. Situaciones inverosímiles y escenas que de tan forzadas rozan la comicidad.

Y a mi una de las cosas que me han mantenido delante del portátil, bueno, más que cosa persona, es uno de los actores protagonistas, Lluis Homar. Que me encanta mucho. Mucho. Catalán y muy del rollo de Francesc Orella, Merlí.



Ver esta serie es como leer una novela tipo "La chica del tren", que puedes vivir sin leerla, pero que si la lees al borde de una piscina o en la orilla del mar, en verano, con una cervecita y unas olivas a mano, te va a sentar divinamente.

Pasar el rato con cierta intriga y con algunas risas en errores garrafales que no dejan de ser hilarantes. También tiene sus puntitos de humor esporádicos y dos policías apellidados Chillida y Botero.

Tema aparte es la interpretación de Blanca Romero, muy hierática ella, todo el rato.


En fin y resumiendo, que se deja ver. Pero que si no la veis, pues no pasa nada.