martes, 28 de diciembre de 2021

571.- MIRA SIEMPRE ARRIBA.



Este post no será amable ni correcto, aunque sé que sólo para una minoría. Si alguien que no pertenece a esa minoría se molesta, pues piensa que es Navidad y hay que tener buen ánimo.

Hablar del negacionismo es simple si lo único que quieres es responder a una pequeña manada de indocumentados/as a las que no se les conoce formación académica, ni cultura autodidacta, ni formación no reglada, ni nada que se parezca. Se les responde con un exabrupto de esos que ellas y ellos controlan, y listo. 

Pero otra cosa es que hoy día de los inocentes te quieras reír un rato a costa de la estulticia de esta subespecie, que no conoce conceptos como estado social, estado de bienestar, democracia, sanidad y educación públicas, derechos humanos, derechos fundamentales, necesidades, recursos, feminismo, interseccionalidad, transversalidad, estructuras y coyunturas.

Y a mi hoy me apetece mucho reírme de esa gentecilla, porque si. Sin más.

Esta plaguita (no llega a plaga afortunadamente) abarca cada vez más materias, y tienen en común que desconocen los temas que niegan, circunstancias, teoría, fuentes fiables de información, y cualquier dato que les ayude a entender aún someramente el tema del cual niegan su existencia. Tienen ese orgullito de ser ignorantes, esa vanidad colectiva de falta de conocimientos, ese desapego estructural a la cultura y ese corporativismo que manejan entre ellas y ellos aún sin colegio profesional ni código deontológico. Todo se andará.

Negacionistas de la violencia de género, el machismo, el cambio climático, la fuerza y espontaneidad volcánica, la forma redonda y achatada por los polos de nuestro planeta Tierra, la efectividad y necesidad de las vacunas preCOVID19, la ciencia como medio y sistema de evolución, las artes como vehículo de enseñanza y aprendizaje, el respeto a generaciones que han utilizado el método "prueba/error", y tantas otras materias. Es el NO por el No, es querer afianzar, a la fuerza, personalidades con carencias evidentes y otras escondidas bajo esa capita de "originalidad" que no es otra cosa que inseguridades, complejos, bajos autoconcepto y autoestima. Y en algunos casos, maldad. Porque pese a quien pese, duela a quien duela, hay personas malas.

Y hace casi un par de años han aterrizado los  y las negacionistas de la COVID19, estos y estas que niegan y cuestionan la existencia y el origen del virus, la efectividad de las vacunas y la necesidad de vacunarse. Y todas esas personas tienen algo en común. Además de negar esto, han hecho un peligroso cóctel con alguna de las materias que detallo en el párrafo anterior, y combinan la inexistencia de la COVID19 con el terraplanismo, o con la invisibilidad del machismo, o con el menosprecio a la educación. Y así se construye un coctel peligroso, una especie de Long Island con alcoholes de marca blanca.

Se nombran como salvadores de patrias y de las futuras generaciones, cuando su aporte es absolutamente innecesario, y a lo único que contribuyen es a generar  situaciones de riesgo.

Y si con esto y más, parezco pedante, pues si, hoy lo quiero ser, porque ya está bien de pañitos calientes y de buenas palabras, y de explicaciones adaptadas a mentes absurdas que justifican la sinrazón con lecturas sin fuentes conocidas ni reconocidas, que tienen como biblia una compilación de fakenews, que critican desde el sofá de sus casas o desde las fiestas multitudinarias en las que se reúnen poniendo en peligro las vidas, o al menos la salud de las personas que aceptamos nuestra corresponsabilidad en esta situación que vive el mundo, y de la que no escapa nadie.

Doctores y doctoras liendres que un día se hicieron reptilianos porque se creyeron la serie "V", sin darse cuenta de que no era un documental de la BBC, y que el disfraz que llevaban los y las invasores de la tierra era doble.


Gente que habla de libros científicos que no han visto ni por el forro, pero que les parece que eso puede apoyar su desatino e ignorancia, sin pensar en que la ciencia evoluciona y que hay una ingente producción de bibliografía científica actual que avala lo que organizaciones supranacionales como la OMS recomiendan. Si bien es cierto, que a ver cual de estos/as iluminados/as se atreve con la lectura de alguno de estos libros, porque claro, no existe traductor en Google para la ciencia.

Es más fácil compartir artículos sin rigor y escritos por chiflados y chifladas, apoyar las hipótesis que no han superado el método científico, y por lo tanto no son teoría, posicionarse al lado de partidos políticos que deberían estar ilegalizados y criticar de forma salvaje a las personas que afortunadamente somos la mayoría, que entendemos que hay que hacer un esfuerzo comunitario para salir de ésta.

Porque a pesar de ese ruido que es como el zumbido de los mosquitos sobre una charca, este grupo es escaso en España y anecdótico. Aunque no por ello vamos a dejar de dedicarles unas palabritas, que así nos reímos y les damos un poco de vidilla. Total, es Navidad y hay que sonreír.

Y cómo una cosa lleva a la otra. Espero que hayáis visto la película "No mires arriba" que acaba de estrenarse en Netflix. Una sátira genial sobre esta gente, los y las negacionistas. Otra forma inteligente, divertida, irónica de reírse de estos grupúsculos (esta palabra les viene al pelo).

La película es larga, con un elenco maravilloso y el guion me lleva a pensar en la canción "El mundo" del grupo Love of Lesbian, El gran absurdo de este mundo en el que no todas las personas tenemos que pensar igual, no todas somos felices con las mismas cosas, no todas tenemos que votar al mismo partido político, no todas tenemos que ir a la Universidad, no todas tenemos que amar de la misma forma ni reírnos de las mismas cosas.

Un mundo que sería mejor si nos respetáramos, si respetáramos todo lo que es respetable claro. Porque ni todas las ideas, ni todas las personas lo son.

El respeto acaba cuando esas personas y esas ideas ponen en peligro mi integridad física, psicológica y social. A partir de ahí se atraviesan peligrosamente los límites de la legalidad, de las obligaciones y derechos que como ciudadanas y ciudadanos tenemos. 

Vuelvo a la película, que me pierdo.

Negacionistas de una catástrofe natural demoledora que acabará con la vida en la Tierra. Una presidenta (Meryl Streep) que recuerda a la histriónica Ayuso, científicos y científicas (lLeonardo di Caprio, Rob Morgan y Jennifer Lawrence), a los que se les prohíbe informar a la sociedad del peligro que se aproxima, políticos/as, militares, periodistas, que miran hacia abajo. Manifestaciones en las que toda esa gente que niega la realidad, o que la desconoce, grita desaforadamente en contra de no saben qué.


Y mirando las escenas de las manifestaciones reconoces al tercero por la izquierda de la segunda fila, a la del cartel de la quinta, al grupito del fondo y a los de la bandera sin color. Porque aunque en la película son multitudinarias, cosa que no ocurre en nuestra realidad, han tenido a bien los guionistas, retratar a la perfección el perfil fanático y orgulloso de su ignorancia, defensor de la incultura y enarbolando la bandera caduca de una rebeldía que no es tal.

Y el lema de estos y estas negacionistas de película es "No mires arriba", porque como acertadamente titula la película, a dónde mejor puede mirar esta gente es al suelo. 

A un suelo gris de asfalto, de guerras baldías con la vecina, de rechazo a un sistema que ni siquiera conocen ni entienden y por lo tanto no saben enfrentarse a él con argumentos rigurosos y sostenibles. Mirar al suelo en el que se acumula la mierda, negándose a si mismos/as la libertad de mirar de frente al peligro y luchar contra él con las herramientas científicas  que nos han sido proporcionadas para que nos cuidemos a nosotras pero también y quizás más importante, para que cuidemos a las personas que amamos.

Miremos siempre arriba, con luz, con esperanza y con valor. Yo no tengo miedo a una vacuna, pero si a que alguien muera o sufra por mi irresponsabilidad. Ya tendré tiempo de rechazar otros aspectos y factores de este sistema. Ahora no es el momento.

Y que no se me olvide. A esa gente. Que lea y que estudie. Puede que ya sea tarde, pero por intentarlo que no quede.


                                                                  Feliz 2022.

                                                          Salud, trabajo y amor.