Las castañas asadas son muy propias del otoño, ese olor que se expande por las calles de los puestos de casteñeros/as y que me recuerdan a cuando era pequeña, la calle Triana y el parque San Telmo de Las Palmas de Gran Canaria.
Aquí en Barcelona es muy habitual ver también esos puestos en los que además de asar castañas, tambien asan boniatos (batatas).
Y aunque por el traslado no hemos tenido demasiado tiempo para ir por ahí de "castañeo", nos hicimos ayer con una sarten castañera, que se diferencia del resto de las sartenes en que esta está llena de agujeros.
Para prepararlas no hay más que poner la sarten de agujeritos en el fuego (no vitrocerámica) y añadir las castañas con una rajita hecha previamente.
En pocos minutos nuestra casa huele a otoño y a hogar.
El calorcito lo llena todo, por las castañas, si. Y por todo lo demás.
2 comentarios:
me encanta la foto de las iniciales de las tres en la pared, me parece ideal, y da gusto verlas tan felices y tan bien , disfrutando de esos detalles tan bonitos, disfruten chicas, las quiero, besos
Gracias Jose. En ello estamos, tratando de disfrutar lo más posible, que de lo que se trata es de ser felices.
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