Yo que estoy tan contenta porque mi niña está visitándonos en Barcelona, porque VIDA es mi todo, por los globos que entran por la ventana, por las castañitas, por todo lo bueno, por Lola, por mi otra niña y por Piperam. En fin que no tengo absolutamente nada por lo que quejarme.
Y llega esta desgraciada y me cabrea tanto que perturba mi felicidad, saca de mí lo peor y me cabrea, coño, como me has cabreado MALA PERSONA.
¿Expresaría esas mismas opiniones si tuviera VIH, si su hija necesitara un tratamiento de por vida, si tuviera una enfermedad rara y necesitara que se investigara, si su padre tuviera alzheimer?
Espero que haya una reacción seria, comprometida, cabal y que de una vez pongamos encima de la mesa o de donde sea nuestros ovarios y vuestros cojones y digamos ¡BASTA YA!
Reaccionemos, que será lo siguiente, matar a ancianos que suponen la ruina del sistema de la seguridad social, dejar morir a personas que tienen enfermedades crónicas, dejar de investigar en medicina, cerrar hospitales y eliminar servicios imprescindibles para la ciudadanía.
La palabra ciudadano nos debería de remover a todos las entrañas, el alma, la mente y el corazón. Se acuñó esta palabra durante la Revolución francesa de 1789, y es el logro de personas que lucharon por derechos y deberes que tenemos todos y todas, que no podemos permitir que se nos recorten derechos hasta borrarnos del mapa. Que se nos silencie, que se nos elimine a través de la mierda de educación que se nos quiere vender, de una sanidad que nos enfermará a los que estamos sanos y podría matar a quienes no lo están.
COÑO, ya es hora de salir a la calle y gritar y pelear por lo que nos pertenece, por lo que es nuestro y de nuestros hijos e hijas. Ya está bien de quejarnos y pasar a la acción.
No nos quedemos en casa mientras gente como esta desgraciada juega con nuestras vidas.
Hay que tomar la calle y pasar a la acción ¡YA!
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