No pasa un solo día en el que no me sienta amada, comprendida, mimada, cuidada y valorada. Y luego están esos tantos y tantos pequeños detalles como el de hoy. Yo mareada, malita y con ganas de comer algo muy dulce. Y mi niña que se va a la mejor pastelería y me trae esta maravilla. Gracias por quererme.
TE AMO VIDA.
2 comentarios:
Cuánto amor! Así da gusto :)
¡Me encanta tu vitalidad!
Podría decirte que es contagiosa, como las ganas de comer chocolate.Algo así ha debido ocurrirle al protagonista de la entrada que acabo de colgar. Ya me dirás si te lo parece.
Un beso.
Matilde.
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