martes, 20 de noviembre de 2018

477.- SERIES. THE SINNER.






Hace bastante tiempo hablé de esta serie, de su primera temporada. Pero fue muy de pasada, porque escribí en un post sobre varias series, y no me detuve mucho a hablar de esta. Fue aquí.

Hace unas pocas semanas, vi en Netflix que estrenaban la segunda temporada. Me llamó la atención la sinopsis y entendí que era independiente de la segunda, lo único en común, es el policía protagonista de la primera, también lo es en la segunda.


Y vi los dos últimos capítulos de la primera temporada, porque no recordaba bien el final, y me recordó que somos muy vulnerables al daño psicológico y por supuesto al físico. Y que nuestra mente es tan maravillosa, que es capaz de olvidar sucesos traumáticos para protegernos y que podamos seguir adelante con nuestras vidas.

Pero a veces, durante décimas de segundo, los millones de conexiones nerviosas que tenemos en nuestra cabeza, cortocircuitan y nos traen de nuevo aquello que ni siquiera sabíamos olvidado.

Y puede haber un desastre, algo incomprensible para una misma, y para el resto de quienes nos rodean.



La primera temporada de The Sinner es buena, muy buena.

Y la segunda temporada que también he visto, la recomiendo mucho. Seguimos en la complejidad de la mente humana, en la fragilidad de la misma, y en el abuso que unos/as practican sobre otros/as.

Pensar que podemos abusar de aquellas personas que consideramos débiles, frágiles, vulnerables, mayores, menores, con menos capacidades que la media. Cuando creemos en ello, es porque nos creemos superiores al resto. La realidad es que nos colocamos en una posición de abuso y nos regodeamos en ella, infravalorando y humillando a quienes creemos menos que nosotras.


La religión, considerada como secta ha hecho mucho de eso que explico en el párrafo anterior, y me da igual cual sea, porque todas son iguales. El poder que ejercen sobre sus adeptos/as les coloca en esa posición de poder que siempre abusa, de una manera o de otra, pero siempre infravalora y humilla.

Y si, esta segunda temporada, va mucho de esto. De la culpabilidad de quienes no lo son, pero terminan creyendo que han hecho algo malo. 

En el último capítulo de la primera temporada hay una frase, que dice el policía protagonista a una víctima,  y que resume el trasfondo de esta serie.

"Aquel sentimiento me resultó familiar, porque yo también lo hago. Lo que ocurre es que alguien nos hizo algo cuando éramos pequeños que no fue culpa nuestra. Quiero que sepas que no hicimos nada malo pero que por algún motivo no sabes que hacer para resolverlo."

Y es así, no sabes que hacer.

Bueno queridas lectoras mías. Que os recomiendo muchísimo la serie, os sorprenderá, la sufriréis a gusto y aprenderéis mucho de la bondad y de la maldad humanas.

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