La serie "Sabrina" que yo recordaba de hace muchos años tenía una permanente vis cómica, y se pudo ver en televisión desde 1996 hasta 2003, con sus siete temporadas.
Ahora Netflix estrena "El mundo oculto de Sabrina" o "El escalofriante mundo de Sabrina", que he visto el título de las dos maneras.
Y me la he visto enterita. Me la esperaba peor, pero en general me ha gustado. Divertida, con cierta dosis de terror light, su poquito de misterio, malas y buenas, malos y buenos,el gato Salem y las tías de Sabrina que me encantaron. Su novio que muchas quisieran como yerno, sus dos amigas que las veo yo muy rollito lésbico, el aprendiz de brujo y las tres malas que no lo son tanto.
Hay quien se ha molestado porque en la banda sonora hay una canción de Charles Manson, el lider de una secta, que asesinó a Sharon Tate. No he identificado la canción, porque no tengo a este hombre entre mis Playlists de Spotify.
Esta nueva Sabrina está saliendo de su mundo teenager virginal y comienza a rodearse de malas influencias que la abocan a tentaciones irrechazables. El poder es lo que tiene, corrompe. Pero de momento no mucho.
La segunda temporada promete. Ojalá se vuelva mala malísima, pero de esas malas que nos caen bien y queremos que pueda cometer todas las tropelías que quiera, que se vengue de las malas, espabile a las buenas, se líe con un malo y no tenga hijos con el bueno.
Muy recomendable y perfecta si eres de las que tiene previsto pasar el puente de la constitución y la inmaculada en casa, con sofá manta y comida rica. Y si es con una buena compañía, pues mejor.
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