domingo, 25 de noviembre de 2018

482.- PEPINILLOS.


Los pepinillos son una de esas cosas, que al igual que a algunas personas, los amas o los odias. No hay término medio.

Cuando cadenas de fastfood decidieron personalizar sus productos, en el inicio de esta personalización, la causa fue "los pepinillos". Los analistas de marketing de estas empresas se dieron cuenta de que muchas personas, antes de llevarse la hamburguesa a la boca, levantaban una de las tapas del pan y retiraban la rodaja de pepinillo. 

Y rodaja tras rodaja, cayeron en la cuenta de que podían eliminar el desagrado por los pepinillos de su clientela y ahorrarse muchas rodajitas que a lo largo del año suponían un pico considerable.

A mi me encantan. Por poneros un ejemplo. En mis tres embarazos uno de mis antonjos reiterativos, eran los pepinillos combinados con chocolate negro. Si, ya sé la cara de espanto que estáis poniendo algunas. Pero a mi me gustaban así. Me detengo a pensar en ello y ni a mis hijas ni a mi hijo les gustan.



En cuanto a pepinillos, hay poca variedad. Están los encurtidos en vinagre, que a veces pueden resultar muy fuertes incluso a mi, y los agridulces. Estos últimos me encantan, me apasionan. Suelen ser de marcas alemanas o nórdicas y además del vinagre tienen algún otro ingrediente que les aporta cierto dulzor. Suelen llevar                                 ramitas de eneldo y granos de pimienta verde o mostaza.

También están los pinchos que llevan pepinillos, la típica banderilla con pepinillo, cebollita en vinagre, oliva y alegría riojana. Estos pican y están muy ricos.
Algo más delicado es el "matrimonio", un pincho del que os contaba aquí y que es un pepinillo abierto a lo largo como si fuera las dos tapas de un pan y se rellena con una anchoa y con un boquerón.

Los pepinillos se pueden comer solos y a solas. A mi me parecen un buen aperitivo, junto con unas olivas y una cerveza bien fría. Quedan también estupendamente con un vermut, y sus inseparables berberechos, patatas chips y mejillones en escabeche. Esta es una buena idea para hoy domingo.

Los pepinillos picaditos son también un ingrediente clásico e imprescindible en un steak tartare y en el tartare de salmón. Exento queda el tartare de atún, que necesita de otras cosas.

Y ya no digo más. Vosotras ¿los amáis o los odiáis?


2 comentarios:

Aroa dijo...

Los antojos de los embarazos son tremendos jajaja. A mí me gustan mucho los pepinillos y me da mucha pena que aquí no sea habitual el matrimonio porque es algo que me chifla, igual que el vermut. A mí la cerveza no me gusta, mira que lo intentado, pero no hay manera. Pero el vermut ¡Me chifla!
Un beso

Esther dijo...

Amo los pepinillos, no faltan en casa, con una buena cerveza bien fría 😋