Después de mucho reflexionar sobre todo lo que está ocurriendo alrededor de la actriz Karla Sofía Gascón he decidido que es importante escribir sobre ello, porque los colectivos sin voz necesitan ser visibilizados y protegidos del escarnio público.
Karla Sofía Gascón ganó el premio ex aequo a mejor actriz en el Festival de Cine de Cannes por su papel protagonista en la película Emilia Pérez dirigida por Jacques Audiard.
A partir de entonces la película no ha dejado de recibir críticas (de todo tipo) y nominaciones a otros premios, Critics Choice Awards, Goyas en España que se celebrarán el 8 de febrero en Granada y los Oscar que se entregarán el 2 de marzo en Los Ángeles. En este último Karla Sofía está nominada como mejor actriz protagonista, y en Granada, la película está nominada cómo mejor película europea.
Poco después de su premio en el Festival de Cannes fue condecorada con la Orden de la Artes y las Letras en Francia. Fue recibida por el ministro de cultura español Ernest Urtasun y felicitada en RRSS por el presidente del gobierno Pedro Sánchez.
Hasta aquí todo parecía ir bien, Karla Sofía participó en diferentes programas de televisión como parte de la promoción de la película.
El 30 de enero la periodista canadiense Sarah Hagi informa de que Karla Sofía Gascón había publicado, hace al menos cinco años, en su cuenta de Twitter (ahora X), unos tuits con un alto contenido racista, sexista e islamófobo. No es la primera vez que Hagi inicia una campaña de desprestigio contra personas famosas. Esos tuits no tuvieron en su día mayor relevancia ya que sus visualizaciones fueron escasas, posiblemente porque entonces Karla Sofia no tenía la notoriedad que sí tiene actualmente.
Lo primero que debo decir es que he leído esos tuits y efectivamente son racistas, sexistas e islamófobos. No hay ninguna disculpa posible hacia quien escribe de esa manera y con la impunidad que ofrece una red social. Son afirmaciones que nos llevan a pensar que quien los escribe es fascista y que su odio hacia mujeres, personas con físico no normativo, musulmanes/as, personas racializadas, etc., retrata su peligrosa ideología y merece rechazo.
Sobre esto yo no tengo ninguna duda.
Karla Sofía Gascón pidió perdón por lo ocurrido y considero que ese perdón era sentido aunque la propia Hagi no lo consideró suficiente y en muchos medios de comunicación han publicado que la disculpa no es válida.
El director de la película "Emilia Pérez", el francés Jacques Audiard , el resto del elenco y la productora Netflix han silenciado, repudiado, rechazado y criticado a Karla Sofía por esos hechos. Y han hecho uso de la "Cultura de la Cancelación" , que citando a Ferran Lalueza Bosch, profesor de Ciencias de la Información y Comunicación en la Universitat Oberta de Catalunya, define este fenómeno como "retirar el apoyo a personajes públicos por decir o hacer algo que se considera ofensivo, inadmisible o reprobable. Boicotear la actividad profesional o artística de un personaje célebre como represalia por haber hecho acciones y/o realizar comentarios que socialmente se consideran inapropiados. Pueden ser del todo inapropiados o sólo percibidos así por un determinado colectivo".
La Cultura de la Cancelación choca a menudo con el derecho a la libertad de expresión y puede promover y potenciar el acoso o bullying hacia determinadas personas y colectivos. La impunidad y el anonimato que pueden proporcionar las RRSS son claves en estas situaciones y se escriben y publican opiniones altamente peligrosas, inadmisibles y que sólo pretenden generar odio.
No hay disculpa para ese comportamiento, pero hay que pararse a pensar en cuantos casos similares e incluso más graves han sido silenciados. En España, este país que sigue premiando la figura del pícaro, del que más trampas hace, del que trepa hasta lo más alto pisando cabezas y es especialista en tapar escándalos protagonizados por ricos y nobles.
Recordemos a Plácido Domingo, al rey emérito Juan Carlos I, a Cristina Cifuentes, Esperanza Aguirre, M. Rajoy, los protagonistas de Cuéntame, a Ayuso y las 7291 víctimas, a su novio, y así sin parar.
No justifico el comportamiento de Karla Sofía, y soy plenamente consciente de que ella pertenece a un colectivo especialmente vulnerable y en esas disculpas puede aprovechar esa pertenencia y reflejar cierto victimismo.
Pero también hay que observar la transfobia que ahora de una forma rabiosa, encarnizada y que ha encontrado una justificación, tiene cancha libre para cargar sin tregua y cruelmente contra una persona que forma parte del colectivo de mujeres transexuales y que directamente también cargan contra todo el colectivo.
"El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella". Capítulo 8, versículos 7 y 8 Juan, Nuevo Testamento.
No sólo lo dice Juan en el Nuevo Testamento, lo dice una parte importante de la sociedad, todos y todas merecemos el perdón, por eso existen las cárceles, la reinserción, las nuevas oportunidades, la redención. (Yo no creo que en todos los casos se deba perdonar).
Y no porque Karla Sofía sea una mujer transexual y pertenezca a un colectivo especialmente vulnerable merece más que otra persona esa aceptación del perdón que ha manifestado. No. Lo merece igual que otras personas que han pasado por situaciones similares. Lo que no merece es que por ser una mujer transexual y aprovechando lo ocurrido se la quiera destrozar a ella y al resto de personas que también pertenecen a ese colectivo.
No romanticemos a las personas ni a los colectivos vulnerables, mala gente hay en todas partes, no todas las personas transexuales, o con discapacidad, o sin techo , son seres de luz, no. Pertenecer a un colectivo vulnerable no proporciona patente de corso a esas personas.
Las TERF's deben estar celebrando lo ocurrido y retroalimentándose de tanto odio vertido hacia Karla Sofía para extrapolarlo al resto de personas transexuales.
No justifico en absoluto los tuits de Karla Sofía, son deleznables y requieren de la reprobación de los mismos. Pero qué ocurriría si Twitter (ahora X) censurara y prohibiera ese tipo de manifestaciones, pues que no habría tanto/a desgraciado/a sintiéndose impune.
En X, si dices que las personas que pertenecen a los colectivos LGTBIQ+ somos unas enfermas mentales, viciosas, acosadoras o lo que te de la gana, ya no van a censurar esos comentarios, se permiten. Quizás dentro de unos años estos tuits de 2025 aparezcan y se aplique la Cultura de la Cancelación, se piense que la raíz del problema es el interés de quienes controlan, en este caso X, y desean que estas cosas sigan ocurriendo.
Jacques Audiard dijo no hace demasiado tiempo que el idioma español es una lengua de pobres e inmigrantes. También se equivocó dando ese mensaje de odio.
Hoy Karla Sofía Gascón no estará en la Gala de los Premios Goya y la invisibilizarán y el equipo de la película "Emilia Pérez" actuará como si no existiera.
En Marzo en Los Ángeles, con los Oscar ocurrirá lo mismo, quizás aún peor que en Granada.
2 comentarios:
Es imposible explicarlo mejor. Totalmente de acuerdo.
Gracias Ana por comentar.
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