Se ha publicado en diferentes redes sociales las declaraciones de Gloria Casanova, profesora del CEU en Valencia y de la Universidad Católica de la misma ciudad y que según dicen ha hecho en una de sus clases de "Doctrina social de la iglesia" en la Facultad de Periodismo.

Al leerlas solo puedo pensar que se trata de una mala persona enfadada con el mundo e insatisfecha con su vida. Justificar los cuernos propios me parece una flagelación innecesaria, pero como estamos en semana santa, pues igual esta mujer se santifica así. Pero que intente justificar los cuernos ajenos, eso si que no, aquella oscura época en la que los maridos fueron un cilicio ya ha caducado afortunadamente.
Justificar la violencia machista es perverso, es hacer apología del terrorismo oculto en los hogares, donde más se producen este tipo de agresiones porque hay más oportunidad, para los maltratadores, de que queden ocultas.
La LGTBfobia está penada y resulta inverosímil que alguien piense que la comunidad LGTB necesite ser reconducida, en todo caso será esta Gloria quien necesita urgentemente una intervención psicosocial para evitarle males mayores de tipo legal y psiquiátrico.
De una violación JAMÁS se saca nada positivo.
¿Y qué se hace ante un elemento social de esta mala calaña?
¿Nos callamos, nos burlamos, la denunciamos?
Cada persona que lea estos disparates, aberraciones, ofensas y se sienta agredida debería posicionarse públicamente, ya sea en su blog, en las redes sociales, en las aulas, en su trabajo y/o en cualquier lugar al que tenga acceso para dejar muy clara su disconformidad.
Las alumnas y alumnos de esta indigna persona, deberían solicitar su cese inmediato. Como madre me sentiría indignada y gravemente afectada si permitiera que alguien que piensa y declara de esta manera pueda siquiera acercarse a una de mis hijas o a mi hijo.
Ya está bien de callarnos, de permitir agresiones verbales que intentan dar legitimidad a las agresiones físicas y sexuales.
A pesar de lo expresado por esta imbécil, se que todas las personas de bien, me refiero a la buena gente, a la gente respetuosa, generosa y democrática podemos estar tranquilas con nuestra conciencia, con nosotras mismas y con las demás.
Esta Casanova, no creo que pueda dormir.