125 - HASTA LOS OVARIOS

Muchos y muchas dirían hasta los huevos o hasta los cojones, pero como yo estoy firmemente de acuerdo con el cambio de vocabulario como medida básica para la igualdad, pues si, hasta los ovarios.
¿En qué mierda de país vivo, a qué carajo de gente le he dado mi valioso voto para que represente mis intereses, derechos, deberes y preocupaciones?
Afortunadamente decidí hace unos meses venir a vivir a Cataluña, y lo cierto es que me siento un poco menos inmersa en la ciénaga inmunda que actualmente es España, gracias a la gentuza que nos gobierna.

Me dirán que aquí también hay corrupción, y SI, ninguna objeción. Y si no que se lo digan al padre de la infanta Cristina y al euskaldun Urdangarín, que igual emigraron aquí porque les parecía estar más cerca de Europa.

El caso es que tengo un cabreo de mil pares de ovarios y que seriamente pienso en la opción de emigrar, porque desde luego aquí, en el estado español, al que desgraciadamente pertenecen varias naciones con culturas grandes e independientes, no nos espera nada bueno.

Mis ovarios creo que necesitan un cambio de aire, una cultura abierta, respetuosa, libre, democrática y que me permita desarrollarme como desee.
El problema es dónde emigrar, porque no me parece que nos quieran en ninguna parte y claro eso me lleva a pensar en el anuncio de IKEA:  la república independiente de mi casa.  

Hoy no estoy de humor para que bailen los pingüinos y encima nuestra perrita Lola está en celo, con braguitas y unos mimitos la pobre, que hasta le preparo sopita calentita por si le duelen los ovarios.

Desde luego que no me voy a rendir, porque se que puedo hacer cosas, porque creo firmemente en mis valores, porque sobre todas las cosas AMO y es eso lo que me empuja a continuar, a luchar y a VIVIR.

El citalopram ayuda, pero lo principal es que la VIDA sigue ahí, para vivirla y comértela entera. Los pingüinos están deseando volver a escuchar a Camarón y yo estoy deseando que pase el celo para estar tranquila con la nena.