Hoy es sábado y vuelve a ser, junto con el viernes por la tarde, mi momento preferido de la semana.
Los sábados son esos días en los que parece que hay más luz aunque esté nublado, en los que te puedes quedar tirada en la cama durmiendo, leyendo, navegando por internet o haciendo cualquier otra cosa que te apetezca.
También son días en los que te puedes levantar temprano, y a gusto, e irte al mercado a comprar flores y fruta, sin tener que pensar en provisiones para la siguiente semana que aún parece lejana.
Sacar de paseo a Lola y que corra por el Campus de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, suele ser habitual en mis sábados recientes y es muy agradable pasear por aquí, calles desiertas y jardines vacíos del tumulto del curso ya acabado.
Sábados de baño de tarde en la playa, de película por la noche, de colada tendida al sol, de cerezas en el patio y de pan de pueblo.
Sábados de terraza del Hotel Madrid, con calamares, olivas y una caña de Tropical helada.
Sábados de periódicos y suplementos.
Sábados de recuerdos de otros sábados. Sábados de nostalgia, aunque de consciencia de aquello de que no todo el tiempo pasado fue mejor.
Sábados de esterlitzias que sólo tienen una voz, unas manos y una imagen.
Sábados de leer un blog que te reconcilia con la vida y que apacigua el alma y te deja preparada para volver. Volver a ser, a sentir, a mirar, a vivir, a quererme.
Sábados de risas, de bromas, de "operación madriguera", de dibujar y pintar, de escribir y hablar.
Sábados que huelen a jazmín, a canela y vainilla.
Sábados que me devuelven la vida poco a poco.
3 comentarios:
Qué bonito. He sentido todos esos aromas que me recuerdan muchas cosas. Besos guapa. Y a vivir.
Los sábados tienen algo especial, sí. Disfrútalo, amiga.
Pues si, a mi también me gustan los sábados y aunque los aprovecho para hacer compras, intento disfrutarlos de la mejor manera posible. Solemos comer en los bares del mercado, tapitas y alguna cerveza y si hace buen tiempo son muy agradables las terrazas.
Algún sábado después de haber salido el viernes por la noche, me quedo en casa y mi habitación se convierte en una madriguera improvisada, con comida antiresaca, Netflix y alguna revista.
Besos Conchi y espero que nos veamos pronto.
Laia.
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