Activista de sofá o "filósofá" de Facebook, que tanto da.
¡Qué cansancio por Dior! Y no es nuevo este fenómeno. Hace años, desde el auge de Facebook, vemos y leemos posts que comentan artículos sobre los más diversos temas, desde la homofobia, la iglesia católica, la pederastia, el veganismo, el pan auténtico, la contaminación medioambiental o la lactancia materna.
Y venga a comentar, venga a opinar, venga a querer sentar cátedra, sobre temas que desde bien lejos se observa que no se tiene ni repajolera idea. Y así pasan las cosas.
Que se programa una manifestación contra la homofobia, por un ataque a una pareja gay. Pues no puede ir la comentarista sabionda, pero escribe un párrafo de garrafón, de 20 lineas sobre el tema y se autoproclama abanderada de todas las causas LGTBIQ, aunque no tiene ni idea de qué es la I y tampoco entiende la Q.
Para el próximo martes hay una concentración en la puerta del Ayuntamiento en contra de la violencia machista. ¡Mierda! Tiene "cosillas" que hacer, pero quiere dejar constancia de su implicación en este tema, y teclado de móvil en mano y mando de la tele en la otra, escribe una breve reseña de apoyo con un par de "porqueyo".
Las prospecciones petrolíferas, la tauromaquia, el machismo, el feminismo, la puesta en marcha de las escaleras del barrio, el despido de los empleados de la central hidroeléctrica, el cierre de la envasadora de mangos, la utilización de tejidos ecológicos, el cambio de horarios de misas, la construcción de una sinagoga...Todo le preocupa facebookísticamente hablando.
Y claro, queridas. Todo eso aburre y cansa. Pero ese es el menor de los males. Porque en muchos casos da igual, pero en otros, se trata de temas muy delicados que no deben ser nunca tratados con frivolidad ni con desconocimiento, en plataformas a las que accede muchísima gente, y no toda con la misma capacidad de discernimiento.
Parece que Facebook está de capa caída, pero el peligro continúa, siempre les quedará Instagram y Twitter.
Solución, ninguna. Porque a ver quien es la linda que convence a cada una de estas "filósofás", de sus innecesarias aportaciones. Quien les explica la importancia y la belleza del silencio y del saber leer y escuchar voces realmente enriquecedoras.
Y para acabar, humildad. ¡Qué importante!
Hipatia de Alejandría.
1 comentario:
Ay, esto me recuerda que una vez, nos plantamos el costillo y yo en una manifestación en una conocida plaza del lugar donde vivimos, convocada por facebook, iban a asistir al evento “cienes y cienes de gente” según el evento de la red social, pero llegamos y no llegábamos ni a 15. Eso sí, todo el mundo dio a “asistiré al evento”. Besos y buen domingo.
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