Ya estamos en plena vorágine navideña. Compras de regalos, elaboración de menús para Nochebuena, Navidad, fin de año, año nuevo, Reyes, cenas de empresa, despedida de año con amigos/as. Muchas ocasiones de celebración, y si no las hay, pues nos las inventamos.
Y si la comida es importante, pues la bebida también.
Y se me ha ocurrido escribir este post, en el que hablaré de cosas líquidas que vienen muy bien en estas fechas. De mis preferidas, o de novedades que creo que están muy bien para tanta fiesta.
En primer lugar, el agua. Yo apuesto por Bezoya sin gas y Perrier con gas. Ya sabéis de la importancia de hidratarnos bien, y mucho más si tenemos previsto beber algo de alcohol. El agua es importantísimo, para poder tolerar después algo más fuerte. Y si no bebemos alcohol, un vaso de Perrier con unas rodajitas de lima y menta, nos refrescará.
Como refresco sin alcohol y si pasáis del agua, o no os apetece estar toda la noche con lo mismo, os recomiendo una bebida de manzana natural y ligeramente gasificada. Su sabor recuerda al de la sidra. A mi me gusta con hielo y rodajita de limón o trocitos de manzana. Appletiser.
Y Coca Cola Light, porque digáis lo que digáis, no me creo todas esas leyendas urbanas sobre esta clásica bebida. Y si no la bebéis por la noche, pues al día siguiente, para paliar los estragos, viene muy bien. Si preferís algo más seco y exótico, una Ginger Beer de Fever Tree os vendrá muy bien.
¿Os acordáis de los libros de Los Cinco? Todo el tiempo bebían cerveza de gengibre, y seguro que pensabais como yo, ¿beben cerveza? Pues no, es la traducción literal del nombre de este refresco.
Si os gusta el sabor picante del gengibre, esto es lo vuestro.
Y después de todas estas sanísimas recomendaciones, pues entramos en materia.
Como aperitivo, un Kir Royal. Es para quedar fina, aunque a mi me resulta algo viejuno. Copa flauta de cava, una cereza mejor natural que en almíbar, un poquito (un dedo) de casis y llenamos la copa con cava brut nature.
Para mi, el mejor aperitivo es una copa de fino de Jeréz. Mis marcas preferidas son Lustau y Tío Pepe. Y si estáis espléndidas, apostad por una "manzanilla pasada" La Bota, que marida de lujo con el buen jamón ibérico, o un Palo Cortado.
Vinos tintos voy a recomendaros tres que he conocido este año que acaba.
Godelia, es un vino de El Bierzo monovarietal Mencía. Redondo y sorprendente. Perfecto para acompañar asados.
Llumés. Es maravilloso. Tinta verdejo. Yo pensaba que esta uva era exclusiva para el vino blanco. Asturiano, especiado y rico en sabores a fruta. Es de bodegas Obanca, y si lo encontráis, compradlo sin dudar. De fácil maridaje con quesos y carnes.
Furvus. Estupendo Monsant, garnacha tinta y merlot. El mejor momento para conocer los vinos catalanes. Untuoso, con un postgusto largo y afrutado.
En cuanto a los vinos blancos, voy a ser extremadamente clásica, porque estoy bastante cansada de modernidades en las que lo que más calidad tiene es la etiqueta.
Dos verdejos, Protos y Marqués de Riscal. Apuesta segura y perfecta relación calidad precio.
Txacoli Itsasmendi es otra elección segura. Ligero, frutas blancas y notas cítricas. Pero no os fiéis de su ligereza. Id con cautela.
Y si vais sobradas, un Belondrade y Lurton que os dejará encantadísimas. Muy recomendable y dejaros sorprender.
El cava brut nature LLopart. Salid de esos clásicos malísimos que os provocarán acidez y dolor de cabeza.
Después de la cena, apuesto por un cóctel. Un Pisco Sour o un gintónic de 47 Monkeys.
Y sobre todo, no conduzcáis si habéis bebido alcohol. Moderación.
Y sobre todo, no conduzcáis si habéis bebido alcohol. Moderación.
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